Miguel Ángel Martín, presidente de la Asociación Española de Consultores de Comercio Exterior (ACOCEX), y Ana Fernández, de la Fundación CEPAIM intervinieron en el curso de verano de la Universidad Complutense, en el que dejaron claro que el emprendedor debe ser profesional, tener una mentalidad global, así como la importancia de la responsabilidad social de las empresas.
Miguel Ángel Martín, presidente de ACOCEX, destacó en su intervención durante el curso “Emprender con conocimiento: claves para montar su negocio” organizado por la Asociación de Trabajadores Autónomos (ATA), que“hay que pensar de manera global para observar la realidad correctamente y aprender del mercado”. Además, definó la importación y exportación de productos como “una labor de estudio y análisis” y recordó la necesidad de “informarse y formarse a la hora de emprender una aventura empresarial a través de instituciones nacionales y autonómicas de comercio exterior”.
Otra de las claves a la hora de emprender de forma internacional, según Martín, es mentalizarse y pensar globalmente: “Conseguir clientes lleva tiempo e inversiones económicas, los viajes son costosos pero necesarios y las páginas web hay que saber donde implantarlas si en el país de origen o de destino”.
Por último, aconsejó “ponerse en el peor escenario pensando que tendremos ingresos cero el primer año”, además de leer, escuchar y participar activamente en redes sociales. En palabras de Martín para que las relaciones comerciales sean fructíferas, “hay que actuar diseñando un plan personalizado de desarrollo profesional, asumir retos sin que nos asusten mercados ni países raros y abandonar estereotipos culturales adaptándonos a las costumbres de los lugares donde vamos”.
Responsabiliad social
A continuación intervino Ana Fernández Salguero, responsable del área de Igualdad y Gestión de la Diversidad en la Fundación CEPAIM, que habló de la responsabilidad social corporativa en las empresas (RSC) y de la importancia de generar respuestas a la cohesión y exclusión social que provocan los cambios demográficos y sociales.
Fernández Salguero definió la gestión de la diversidad como “un área de apoyo a la gestión de Recursos Humanos para generar equipos de trabajo más unidos, cohesionados y motivados en las empresas”.Durante su ponencia declaró que desde su fundación trabajan en varias líneas desde la prevención de violencia de género, asistencia a víctimas de discriminación racial o la formación a profesionales.
Con el emprendimiento como escenario, Fernández recordó la existencia de ese espíritu en las mujeres, reivindicando una igualdad de oportunidades para ambos sexos. Destacó, además que “la apuesta por las redes de cooperación y trabajo conjunto, es una ventaja a la hora de emprender”.
Por último, insistió en que antes de hablar de responsabilidad social es imprescindible tener en cuenta la ética. “El beneficio económico de las empresas, dijo, que debe ser el medio pero no el fin”. El concepto de RSC “no es sólo cumplir la ley sino invertir en el capital humano, en el entorno y en las relaciones con los interlocutores”. Estos factores, matizó Fernández , contribuyen además a aumentar la competitividad de las empresas.
