Medio centenar de personas se embriagaron de los aires de los tres bosques de Villaviciosa de Odón

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senderismo Villaviciosa de Odon El Monreal

Jornada de senderismo la que vivieron el pasado sábado las algo más de 50 personas que acudieron a la convocatoria de Ecologistas en Acción de la localidad para disfrutar de las tres joyas medioambientales del municipio: El Forestal, El Sotillo y El Monreal. 

Como cada año, esta organización impulsó una marcha de cuatro horas y media, que arrancó a las 9.30 horas con buen tiempo y algo de fresco en la conocida como «fuente de los tres caños». Niños, jóvenes, personas algo menos jóvenes y algunos canes acudieron puntuales a un evento que pretende acercar los pulmones de Villaviciosa de Odón a sus vecinos y a personas llegadas de otras localidades.

Orientados por dos buenos conocedores de la zona, Juan Carlos Rodríguez y Mariano Pérez Bravo, entre otros, los caminantes tomaron aire y ensancharon sus pulmones para embriagarse de la más que leve brisa que corría por El Forestal, punto de partida de una marcha en la que no faltaron las sabias explicaciones de ambos guías.

Recorrieron las sendas más representativas del otrora poblado de árboles, El Forestal, que hoy luce un aspecto más que mejorable. Los rayos de sol fueron abriéndose paso entre las sombras y los cedros del Himalaya, arces o robles, y calentando a los viandantes quienes, con paso firme, enfilaron camino del Puente de Hierro, el primer punto de encuentro de la marcha. Allí se sumaron algunos otros vecinos que junto con el resto, ascendieron por la pasarela que cruza la M-501 dirección al tan mencionado Monte de la Villa, ya junto a la urbanización El Bosque.

Tras la pertinente autorización del guarda para atravesar lo que debería ser una zona llena de viviendas, el grupo cruzó esos solares semiurbanizados ante la incredulidad de algunos de sus componentes llegados de otros municipios de los alrededores. El Sotillo esperaba al otro lado, un bello paraje repleto de pinos, fresnos o majuelos que apareció con poco personal dada la no muy alta temperatura del lugar; antes de llegar a la zona de merenderos, desde su parte alta allí se divisaron espléndidas vistas serranas, y ya en la baja tuvo lugar la segunda parada en la que los senderistas aprovecharon para reponer fuerzas con algo de alimento y bebida.

La marcha se reanudó con buenos aires que envolvían al grupo, con algo más de calor, dada la hora en la que ese momento transcurría la marcha. Bordeando el río Guadarrama, enfilaron paralelos a la «Carretera de los Pantanos» dirección El Monreal, con algunos improvisados pasajeros acompañantes, como conejos o culebrillas. Algunos de los asistentes nunca habían estado en ese lugar al que abrió sus puertas el Arroyo de la Vega, paraje donde, en otros tiempos, estuvo Egelesta, un asentamiento prerromano del que hoy en día apenas quedan restos.

Abrazaron al grupo pinos, encinas, alcornoques y jaras que a un lado y otro del camino irrumpieron ante los ojos de los marchantes; muchos no sabían que entraron en territorio del cernícalo. Fue ahí donde en mayor medida la primavera mostró sus primeros pasos de este año y los brotes de algunas especies de la flora irrumpían con cierta fuerza.

Quedaron pendientes las sabinas, pero el tiempo se echó encima de los senderistas y la marcha prosiguió ya dirección al camino de Sacedón. A continuación, enfilaron por la avenida de Villaviciosa de Asturias, cruzaron el puente de la M-506 y entraron nuevamente en el municipio villaodonense, cargados de los buenos aires de los bellísimos bosques de Villaviciosa de Odón.

 

Texto y fotos: IRC (@IsraelRCanora)

 

 

 

 

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