En nuestra sección ‘Hoy comemos en’ , Maribel Martínez ha degustado algunos de los platos del restaurante situado en el número 17 de la avenida Quitapesares de Villaviciosa de Odón.
El Quinto sabor, le podíamos llamar también la quinta dimensión. Comer en él es una experiencia diferente.
He probado un menú denominado ‘Mercado y temporada’, por 38 euros, bebida aparte; no es un menú, es una experiencia. Tiene un precio asequible y es excelente. Comenzaron con una mantequilla ahumada de la Sierra de Madrid, ligeramente salada, un exquisito inicio para comer. Después, una crema de calabaza y una yema de corral ahumada y macerada, riquísima.
Lo más destacable de ese menú de hoy son los garbanzos con carabineros. Aprovechando la Ruta del Garbanzo, sustituyó al puchero de fabes asturianas con solomillo de ciervo y boletus; los garbanzos, ¡absolutamente deliciosos! Un sabor exquisito, los carabineros perfectamente cocidos, ¡excelente! Quizá el plato estrella de la experiencia.
Después, de postre, un trampantojo de tomate y queso; bastante rico. Efectivamente, como ellos dicen, es una experiencia. Los 38 euros bastante.
Con respecto a la bebida, puedes pedir lo que quieras; vino o cerveza, esta última Estrella Galicia especial y 1906, tanto reserva como red. La carta de vinos es bastante extensa, con unos excelentes caldos, de precios para todos los bolsillos y gustos. Por 22-25 euros encuentras un vino de alta calidad que no sea para todos los días, pero te lo puedes permitir.
En relación a la decoración, es correcta, nada estridente, con lo que no te despistas de la verdadera razón por la que uno va al Quinto sabor, que es para comer y disfrutar de la experiencia, y así ha sido.
hacen un esfuerzo con lo que llaman ‘kilómetro cero’
Con respecto al servicio, es excelente. Nos atendió un camarero que se llama Diego y te presentan el plato, no sólo él, sino que te explican su propia elaboración. Esto es algo muy de tener en cuenta.
Un aspecto que quiero destacar es que hacen un esfuerzo con lo que llaman «kilómetro cero». Es decir, los productos que ofrecen están como mucho a 100 kilómetros del restaurante; es algo muy de agradecer esa vertiente ecológica que tienen.
Para resumir, puedo decir que es la quinta dimensión de una comida que quizás no se pueda pagar siempre, pero que aconsejo que uno se de el placer en El Quinto sabor.