El 44 por ciento de los mentores empresariales en nuestro país tienen menos de 44 años, según el ‘Informe anual sobre la actividad de los business angels en España’, elaborado por la Asociación Española de Redes de Business Angels (Aeban) en la colaboración de la escuela de negocios IESE Business School.
Estos datos muestran como la tendencia está cambiando respecto a la idea tradicional de que el perfil mayoritario era el de un empresario o directivo que había dejado su actividad principal y disponía de tiempo para invertir.
Ese porcentaje de mentores empresariales es el mismo que el del Reino Unido, aunque menor que el de menores de 25 años. Asimismo, los datos del informe muestra cómo sólo el 8 % de las mujeres son mentoras empresariales, frente al 14 % en el país anglosajón o el 20% de EEUU.
En cuanto al momento en que los menores empresariales han comenzado a invertir, el 60 % de los encuestados señala lo ha hecho en los últimos cinco años, mientras que solo el 17% lleva más de 10 años invirtiendo en empresas emergentes. En ese contexto, más del 40% de los inversores invierte en menos cinco, y menos del 30% en más de 10.
La mayoría de mentores invierte con otros, concretamente el 98%, frente al 2% que prefiere hacerlo en solitario. La tendencia en este sentido es que el 88,8% lo hace en las empresas de otros. Asimismo, más del 60% dispone de más de 100.000 euros al año para invertir, lo que les permite diversificar sus inversiones.
Internet
Según el informe, el sector dominante es el de las empresas emergentes de Internet y digitales, con el 75 por ciento de las de las carteras. Han aumentado su popularidad los media y contenidos digitales, comercio y distribución o servicios.
Los mentores invierten mayoritariamente (55,5 %) en el conjunto de España, concentrándose la inversión en Madrid y Barcelona en un 80% de casos; el 29,3% en un ámbito internacional (22% en el Reino Unido).
Finalmente, respecto a la satisfacción de los mentores con sus inversiones, sólo el 5% está muy contento, aunque el 59,6% no tiene la sensación de tener una evolución negativa y un 34,9% entiende que menos de una cuarta parte evoluciona negativamente.
