Localizaron en una nave de Valdemoro 642 garrafas catalogadas como aceite de oliva virgen cuando era de baja calidad y de semillas.
También en Valdemoro encontraron un almacen de productos alimenticios clandestinos.
Agentes de la Guardia Civil, pertenecientes al Servicio de Protección de la Naturaleza (SEPRONA) de la Comandancia de Madrid, han logrado detener a una persona por los presuntos delitos de falsificación de documento, contra la salud pública, estafa, relativo al mercado de los consumidores y relativo a la propiedad industrial.
La investigación se originó a finales del pasado año tras una inspección realizada por el SEPRONA en una nave situada en Valdemoro. Los agentes localizaron un total de 642 garrafas de aceite, con un total de 3.214 litros y procedieron a su inmovilización al detectarse ciertas irregularidades en el etiquetado.
Inspectores del área de Sanidad de la Comunidad de Madrid procedieron a la toma de muestras del líquido, declarado como aceite de oliva virgen (AOVE). Unos meses después se recibió el informe que confirmaba las sospechas de los investigadores, resultando que se había detectado presencia de aceites de baja calidad y semillas, que eran vendidos a precios inferiores a los del mercado.
Paralelamente, por parte del SEPRONA, se realizó un estudio pormenorizado de toda la documentación que se intervino en el almacén para determinar los destinatarios del aceite referido, así como el origen. Tras identificar al propietario de la empresa que envió el aceite, se procedió a su detención, al ser el responsable de la comercialización de dos marcas fraudulentas.
A este individuo se le atribuyen los delitos de falsificación de documento público ya que en el etiquetado se ha comprobado que el código de barras pertenece a otra mercantil, un delito contra la salud pública, estafa, relativo al mercado de los consumidores y a la propiedad industrial.
Productos clandestinos
Por otro lado, dentro de los dispositivos relacionados con la venta irregular, se localizó un almacén en Valdemoro, donde se estaban almacenando productos alimenticios de manera clandestina, lo que llevó a la Guardia Civil a la detención de una persona y a la investigación de cuatro más por delitos relacionados con la comercialización y fraude alimentario.
En la nave, la cual operaba sin ninguna licencia, se intervinieron 2.320 litros de aceite, 211 quesos, 104 jamones, 800 kilogramos de chorizo, 500 kilogramos de salchichones y 410 kilogramos de lomo.
Los alimentos intervenidos no contaban con ningún tipo de registro sanitario y además presentaban graves deficiencias en el etiquetado, lo que impedía establecer su origen real y la trazabilidad alimenticia. Por esto Sanidad ha decretado la destrucción de la mercancía.
