Segunda parte de la entrevista con el doctor Abdul Karoni, vecino de Villaviciosa de Odón, en la que ofrece su opinión sobre cómo deben articularse en nuestro país las ayudas a los refugiados, y narra la situación en la que viven algunos de sus familiares en Siria.
Tal y como contó Villaviciosadigital en la primera entrevista, este cardiólogo, que lleva en España desde 1969, conoce la realidad de su nuestro país y la del suyo, donde ha realizado labores de investigación, enseñanza y ayuda a colegas sirios. Esa tareas las ha realizado a través de la Asociación de Médicos Hispano-Árabe.
¿Qué trabajos realizó exactamente la Asociación de Médicos Hispano-Árabe?
Mantuvimos durante 10 años contactos fluidos con médicos de Siria a nivel científico, para intercambiar conocimientos con distintas áreas de la medicina. Esa colaboración, en la que también participaron otros países occidentales, fue muy importante porque abarcó todo tipo de patologías cardiacas. También ayudamos in situ a países en vías de desarrollo.
Desde 2008 esa colaboración se interrumpió por los conflictos armados.
Nuestra idea era intentar garantizar, a través de los conocimientos científicos, un acercamiento sincero con el Gobierno sirio, que mostró predisposición, pero desde 2011 inició un ciclo totalmente distinto cuando empiezan las revueltas contra el régimen de Bashar al Assad.
Nos ha contado que tiene familia en Siria. ¿Cuál es su situación?
La mayoría salieron hace años, están afincados en países árabes y otros en Europa. Pero tengo un hermano y dos hermanas, que sus casas han quedado arrasadas; mi propia casa, que tenía unos 200 metros cuadrados se ha quedado en la ruina tras ser bombardeada y expoliada por el ejército sirio.
Sin embargo, hay zonas en Damasco que están libres de la guerra porque son las que ocupan los dirigentes del régimen. Otros barrios de las afueras, que son ciudades porque cuentan con 200.000 habitantes, están castigadas al máximo. Sólo hay paz donde están las casas del régimen, que están controladas con puntos de control para protegerles.
El resto no les importa nada, no es una guerra civil, ni de religiones, porque se ha masacrado a toda la población en general. Es un genocidio contra la humanidad, como lo sucedido en Palmira, donde degollaron al responsable arqueológico, quien en una conversación me dijo que en toda esa zona hay muchos yacimientos pero que era mejor dejarlos enterrados hasta que la humanidad estuviera preparada para valorarlos y no destruirlos como han hecho los del Estado Islámico.
«La mayoría de refugiados sirios tiene una gran capacidad de trabajo, con formación»
¿Qué valoración hace del cupo de refugiados que le ha correspondido a España?
Me llama la atención que de esos 15.000, habrá 3.000 niños y ellos necesitan asistencia sanitaria de gran envergadura, necesitan apoyo psicológico por el shock postraumático derivado de la guerra, con secuelas imprevisibles. Necesitamos una organización de psicólogos bilingües para tratarles, o traductores que ayuden a los españoles a comunicarse con ellos.
Deben tener una asistencia letrada por un gabinete de abogados no adscritos a ningún grupo político que puedan fiscalizar las ayudas que se generen en España.
¿Comprende usted el miedo que existe ante la posibilidad de que se infiltren miembros del Estado islámico entre los refugiados?
Este no es el problema fundamental. Me preocupa más los españoles o europeos que están combatiendo con ellos y regresen para atentar.
¿Cuál es el plan que en su opinión debe seguirse en España por parte de los ayuntamientos?
En primer lugar hay que esperar a ver qué ofrecen los gobiernos, qué cupos, qué materiales hay para ayudarles. La sociedad civil puede tener una gran importancia, pero debe tenerse en cuenta que esta situación no va a durar un corto espacio de tiempo, sino que es una emergencia a largo plazo que requiere una planificación global desde el Gobierno español, las autonomías y los ayuntamientos; una organización perfecta diseñada para largo plazo, con recursos humanos cualificados y abundantes materiales. No se puede empezar la casa por el tejado.
Los ayuntamientos creo que deben canalizar el tipo de ayudas, deben ser cautos con las aportaciones que les lleguen, deben realizar un inventario y luego contactar con los grupos locales, asociaciones vecinales y asociaciones nacionales para coordinarse con ellos, y que esa ayudas se destinen exclusivamente para los refugiados de su entorno.
«Es un genocidio contra la humanidad»
Usted vive en Villaviciosa de Odón y ha participado en la Asociación de Vecinos de Villaviciosa de Odón (AVVO). ¿Qué sugiere a los vecinos de municipios como este a la hora de ayudar a los refugiados?
Siempre han demostrado su generosidad, y les diría que no dejen de estar implicados en el apoyo sincero, porque yo creo en las personas.
A municipios como Villaviciosa, es posible que con la cuota de reparto le correspondan 11 personas. Esto no va a tener implicaciones laborales ni de integración, no es añadir más problemas a los que hay.
A la Asociación de Vecinos les sugerí que el Ayuntamiento destine el 0,25 % del presupuesto anual fijo para la ayuda a los refugiados. Es un problema de un calado muy importante. La mayoría de refugiados sirios tiene una gran capacidad de trabajo, con formación; maestros, ingenieros, médicos, enfermeras, etc. Son familias enteras que han dejado casas mejores que las que tengo yo. Es decir, no son obreros, son personas cualificadas.
¿Cuál va a ser su colaboración en la ayuda a los refugiados?
Primero a nivel de la Asociación Médico-Científica Hispano-Árabe, que colaboramos desde hace años con Mensajeros de la paz, a través del padre Ángel, con ACNUR, Cáritas, y otras asociaciones científicas. Luego estoy abierto a colaborar y asesorar a los organismos o asociaciones que lo necesiten.
¿Tiene esperanza en que se resuelva el conflicto en Siria?
Tengo una cierta esperanza si los elementos que hemos comentado se cumplen pero no es nada fácil. (se refiere tal y como contó en la primera parte de la entrevista a un acuerdo de Occidente con Rusia, China e Irán para que dejen de apoyar a Bashar al Assad y pare la guerra, la expulsión del régimen del diriginte sirio y que sea juzgado en el Tribunal Penal Internacional).
Texto y foto: Alejandro Revilla Canora (@IsraelRCanora).