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La 73ª edición de la Feria del Libro de Madrid llega a su segundo fin de semana y entre las sorpresas que aguardan a los visitantes, está la firma de ejemplares del periodista y escritor Ismael Cruceta, que disfrutará mañana el encuentro con el público a las 19.00 horas en la Caseta 305 de Entrelíneas Editores. Hoy comparte ilusiones con Villaviciosadigital y nos habla sobre su trabajo.
Optimista y alegre, a sus 27 años ha conseguido ser el autor de dos novelas, ‘Luz de Libertad’ (2009) y ‘La lágrima de la India’ (2012), en las que el lector viaja tanto geográficamente, como a nivel emocional. Supo desde niño que lo que iba a llenar su vida es la escritura y con mucho tesón ha ido subiendo peldaños.
“Desde muy pequeño siempre andaba con mis libros a todas partes, y escribía también mis propios cuentos en cuartillas de papel que encuadernaba con cartulinas de colores. Los conserva mi madre. Creo que desde antes de empezar a escribir, ya escribía”, introduce risueño.
La inspiración, inherente a su trabajo de periodista, se despierta en él en cualquier momento. “Es una combinación de ideas que se van sumando hasta que tienen una forma completa. Cada día se crean ideas en mi cabeza, frases, acciones, estados de ánimo que me apetece plasmar. Muchos quedan en nada, otros, por suerte, logran pasar esa criba y se quedan ahí, sobre el papel”.
Y cuando esas ideas se transforman en algo sólido, mueve cielo y tierra para llegar lo más lejos posible, a pesar de la dificultad que eso supone. “Sigo creyendo mucho en la labor de las editoriales, aunque creo que tienen que modificar su modelo de negocio y adaptarse a lo que demandan los lectores en cuanto a formatos, precios, etc. Esa es la aventura de éstas, nosotros tenemos la nuestra, sacarnos el pudor y escribir”.
El ruido adecuado
Como periodista, la soledad de la pluma, no le ha acompañado siempre. “Me he tenido que acostumbrar a escribir con gente alrededor y eso al final me ha resultado enriquecedor. La gente puede crear un ambiente propicio para determinados textos, un ruido adecuado o una suciedad que, a veces, lo hace todo más real. No tengo un lugar preferido porque soy un errante. La mayor parte de ‘La lágrima de la India’ la escribí entre dos casas en las que ya no vivo. En Bolivia escribía en mi casa, en la oficina también cuando sacaba un rato, y ya no estoy allí. Así que he terminado por adaptarme a escribir en donde sea”, explica.
Su novela ‘Luz de libertad’ es un canto a la esperanza, un canto a la realización del individuo, una lucha por conseguir las metas propuestas por uno mismo. Su protagonista Julio Silva se exige hasta el final.
“Yo no soy tan exigente pero sí suelo tener claro lo que quiero, y no me gusta darme por vencido fácilmente. Elegir ser periodista y escritor en estos tiempos no es precisamente fácil, tengo compañeros que han tirado la toalla, que ni siquiera lo intentan porque les han robado los sueños, así que insisto mucho a la gente a la que quiero a no rendirse. En eso, en esa búsqueda de la realización de uno mismo, creo que nos parecemos mucho Julio Silva y yo”.
En su primer trabajo, la ciudad de Madrid, es la estrella que ilumina el escenario del que van saliendo y entrando sus personajes. “Estoy enamorado de Madrid y de Móstoles, que es donde nací. Siempre me preguntan por mi relación con esta ciudad porque está muy presente en mis dos novelas, y siempre digo que Madrid estará en todos mis libros. Es mi ciudad y la quiero, aunque también la odio a veces porque me agota y me tengo que marchar».
Pero siempre termina volviendo a ella, en todos los sentidos. «Es una sensación preciosa cuando, después de un tiempo largo, regreso. Sobrevuelo el cielo de Madrid y automáticamente pienso: ahora estoy en casa. Sé que me iré otra vez, quizá para no perder ese sentimiento tan bonito que se tiene al volver”.
El viaje a Sri Lanka
Su segunda novela es un cambio de rumbo, en ella su cántico es al amor en un sentido más amplio. Hay un salto entre el yo de Julio Silva en ‘Luz de libertad’ al ellos en ‘La lágrima de la India’.
“Hay varias cosas que se han ido mezclando hasta que ‘La lágrima de la India’ adquirió su forma final. Por un lado, quería hablar de la búsqueda del amor y del arte, como una necesidad. Por otro, de la amistad, que tan importante es, y que se convirtió en el eje central del libro. Y además, nuevamente, de esa búsqueda de uno mismo que se refleja en el personaje de Anita, que viaja hasta Sri Lanka para ser ella misma», dice.
«Sri Lanka es un país fascinante al que tuve la suerte de viajar, pero antes de ir ya había estado a través de los ojos de Anaïs, una buena amiga que trabajó allí durante unos meses, y quiso compartir su historia conmigo para que yo la transformara en novela”, continua.
Las influencias de Ismael son muy variadas. “Mis referentes van evolucionando pero son eternos los autores cuyas novelas me han fascinado y a los que siempre vuelvo como José Saramago, Gabriel García Márquez, Almudena Grandes, Antonio Muñoz Molina, Haruki Murakami, Miguel Delibes o Michel Houllebecq”.
Ismael, es un hombre de fuertes convicciones que no duda en apoyar aquellas causas que le roban el corazón. “Hay tantas cosas por las que luchar… no me gusta que la jefatura del Estado pase de padres a hijos como si fuera un negocio familiar, sin consultar a la ciudadanía, que tiene que demostrar que es democráticamente madura. No me gusta que intenten convencernos de que estamos saliendo de una crisis que ha sido una estafa, que han creado los políticos cediendo a presiones internacionales y bancarias, porque hay tantísima gente que se ha quedado sin empleo, sin casa y sin sueños. Lucho, y lucho activamente, por un cambio de sistema, porque no es posible que el dinero sea lo más importante, y no las personas. Es que no tiene sentido”.
Latinoamérica en el corazón
Trabajó en la Oficina de Coordinación Residente de la Organización de Naciones Unidas en Bolivia, “una grata experiencia profesional en la que me llevé grandes amigos y el amor a otra ciudad, La Paz, con una gente maravillosa con una identidad cultural fortísima. En mi corazón quedan unos niños fascinantes con los que trabajé en Cochabamba”, recuerda con morriña.
Un perseguidor de sueños que ha colaborado en proyectos de Cooperación al Desarrollo en países como Ecuador. “Se aprende muchísimo con cada experiencia. En Ecuador, que fue la primera vez que estuve en Latinoamérica, aprendí una cosa: a entender a aquellos que aquí en España no se les entiende porque la gente y los medios de comunicación no son capaces de ponerse en su lugar, y lo ven todo desde la óptica occidental, que está condicionada por unos intereses muy claros”.
Además, su interés por la cultura le llevó hace seis años a crear un blog llamado ‘Cajón de Historias’ que alimenta cada semana. “Es un espacio cultural en el que doy mis opiniones sobre los libros que leo y el cine que veo. La meta, quizás, dejar constancia de lo importante que es la cultura para mí. Es un espacio de intercambio con los demás precioso”.
El sueño cumplido
Sin perder el tiempo ya nos habla de futuros proyectos. “En Bolivia escribí tantísimo… no quería que se perdieran algunos detalles que estaba experimentado. Ahora tocaría darle forma a ese nuevo libro, no sé cuándo estará, pero estará”.
Su deseo es que sus libros llegaran a mucha gente, que le llegara ese aliento y el apoyo constante de los lectores. Su felicidad es muy terrenal, «tomar cervezas con buenos amigos, esos con los que hablas y hablas sin mirar el reloj».
Se despide emocionado porque mañana estará con el público en la Feria del Libro de Madrid. “Es uno de los eventos literarios más importantes de España y no tengo la presión de las presentaciones, porque el ambiente es muy animado y festivo. Es un sueño cumplido, ahora me toca ir a por el siguiente. Si queréis os lo cuento cuando se cumpla”.
Villaviciosadigital sortea entre las personas que nos sigan en Facebook o en Twitter, y que compartan la entrevista, un ejemplar de la novela ‘La lágrima de la India’ firmado por el autor. ¡Participa!
Texto e imagen de portada: Natalia Pulido. @npulidojimenez
