Según datos de la Consejería de Sanidad, desde el 7 de octubre y hasta el 3 de noviembre, un 14 por ciento más que en el mismo periodo del año pasado.
El día 7 de octubre comenzó la campaña anual de vacunación contra la gripe y la COVID-19 en la región, se desarrollará hasta el próximo 31 de enero, salvo necesidades de naturaleza epidemiológica. Desde entonces y hasta el 3 de noviembre se han administrado dosis de refuerzo contra la segunda a 413.572 personas, lo que supone un 14% más que en el mismo periodo del año pasado; a 715.000 en el primero de los casos, según los datos provisionales.
En relación a la COVID-19, algunos estudios apuntan a que la inmunización frente a este virus perdura 10 meses después de la última vacuna, aunque depende de cuál se haya recibido.
Especialistas de Medicina Preventiva apuntan a que en relación con el coronavirus, la población piensa que «como ya nos la hemos puesto dos, tres o cuatro veces, no hay que ponérsela más, y eso no es correcto». Recuerdan que las nuevas vacunas se adaptan a las nuevas cepas que van surgiendo, tal y como sucede con las de la gripe.
Profesionales sanitarios
Esta acción preventiva incluye también a los profesionales sanitarios, y la Consejería de Sanidad recuerda la importancia de que este colectivo se vacune, ya que actualmente lo han hecho menos del 40 por ciento de las plantillas.
La vacunación contra la gripe se considera «una intervención preventiva de alto impacto para evitar hospitalizaciones y muertes ocasionadas por esta causa». Estiman que, entre el 30 y el 60% de los casos, la infección es asintomática, lo que probablemente permite al profesional seguir trabajando, convirtiéndose en fuente de infección para pacientes, familiares y resto de personal de su centro de trabajo.
Para incrementar esa cifra en ese colectivo, han activado una campaña con el lema ‘Ante la gripe, arrima el hombro’. En ella participan 11 sociedades científicas, con el objetivo de la Organización Mundial de la Salud (OMS) y la Comisión Europea de alcanzar al menos el 75% de cobertura.
La consejera de Sanidad, Fátima Matute, ha ha destacado que el documento de consenso con las sociedades médicas recoge la triple responsabilidad que tienen los sanitarios ante esta medida: ejemplaridad, protección al paciente y garantía de los servicios públicos esenciales, evitando así ausencias por enfermedad”.
Y es que este colectivo está considerado como un grupo diana, puesto que son susceptibles de transmitir esta patología a personas vulnerables a las que atienden.