Los hechos tuvieron lugar en la madrugada del sábado al domingo cuando una patrulla les detuvo por una presunta paliza a la mujer. Atentaron contra los agentes y no dudaron en utilizar un spray y un mechero a modo de lanzallamas.
El suceso se produjo la madrugada del sábado al domingo cuando los vecinos alertaron de la presunta agresión de violencia de género. El padre había pegado una paliza a su mujer y el hijo le apoyaba; «permite el maltrato y protege al maltratador de su madre», han señalado algunos testigos. Ante la llegada de los agentes, no dudaron en emplear la fuerza contra ellos e incluso el progenitor empleó un spray y un mechero a modo de lanzallamas. Según parece, ambos son «reincidentes», tanto contra los policías, como contra una mujer que pese a que recibió una paliza y tenía la cara «destrozada», no quería hacer un parte de lesiones y los policías tuvieron que convencerla.
Finalmente, la Policía Local de Villaviciosa de Odón detuvo a los agresores y ya hay diligencias judiciales abiertas, aunque, según ha contado uno de los agentes, el domingo por la mañana tanto el padre como el hijo quedaron en libertad, algo que ha lamentado, según ha podido saber Villaviciosadigital. «Sí, después de humillar y violentar nuevamente a la mujer y de atentar gravemente contra la integridad y la vida de los agentes. Esta mañana la víctima estaba sola, con una mísera orden de alejamiento que el psicópata se saltará cuando le dé la gana para volver a destrozarle la cara, la dignidad o, vaya usted a saber si no, la vida definitivamente, y no tan sola cuando el que lo permite le eche en cara que ‘su querido padre’ no está en casa porque ella tiene la culpa de que así sea». También ha recalcado que «en España, ser un delincuente sale muy barato».
Los dos policías locales sufrieron lesiones incompatibles con prestar servicio durante unos días. Uno de ellos ya ha sido dado de alta, ya que tenían menor gravedad, mientras que el otro sigue fuera de servicio por el estado en el que se encuentra su mano.
Centro de salud
Asimismo, el policía ha mostrado su malestar con el centro de salud de Villaviciosa de Odón. «El verdugo recibió medicinas regaladas y, nosotros, instrucciones médicas para administrárselas. La víctima y nosotros no recibimos ni suero en las heridas en el centro de salud público; donde se la cogen con papel de fumar con los detenidos y pasan de los demás, víctimas y policías».
Ante los hechos, el propio agente ha afirmado que ellos son «vilipendiados por parte de la sociedad, políticos locales y estatales y por nuestras propias jefaturas, así como por las leyes de un país que no se digna a proteger a quienes debe. Aún estoy esperando que la mía, mi jefatura, pregunte ‘¿qué tal estás?'». Ayer lunes el alcalde de Villaviciosa de Odón, Raúl Martín Galán, a través de su cuenta de Instagram se mostró «orgulloso» por la intervención.
Por último, el policía ha explicado que ante sucesos como estos se vuelve a preguntar si su oficio «es el que, teniendo en cuenta tu implicación, te ofrece todo lo que debería. Si encima de vivir lo que vivimos no tendremos consecuencias porque un fiscal o un juez torcido entiendan que, con la ley en la mano, pueden darnos la lección que merecemos por actuar en consecuencia contra maltratadores y terroristas». Y ha subrayado que se siente feliz de ser policía pero no está orgulloso de la «permisividad con los monstruos y la dejadez con las personas de bien».