“Payos y gitanos van de la mano”

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Juan de Dios Ramírez-Heredia, presidente de la Unión Romaní, los 4 diputados gitanos electos Juan José Cortés (PP), Sara Giménez (Cs), Beatriz Carrillo (PSOE) e Ismael Cortés (En Comú Podem), la portavoz del Ayuntamiento de Madrid, Rita Maestre o la ‘número dos’ del PP al Ayuntamiento de Madrid, Andrea Levy. (Foto: Twitter Carla Santiago).

Bajo el lema “Payos y gitanos van de la mano” hubo el 6 de mayo una manifestación en Madrid en la cual participé y que tenía como objetivo denunciar el antigitanismo presente en nuestra sociedad y, más aún, en ciertos contextos europeos.

Fue convocada por múltiples asociaciones gitanas, y en ella participaron Movimiento contra la Intolerancia, presidido por Esteban Ibarra, y los diputados electos gitanos de cuatro partidos: Juan José Cortés (PP) Sara Giménez (C’s), Beatriz Carrillo (PSOE) e Ismael Cortés (En Comú Podem), quienes, junto a Juan de Dios Heredia, y otros representantes gitanos dirigieron unas palabras sobre la problemática en la tribuna que sirvió de colofón a la manifestación. También subieron a ella Rita Maestre (portavoz del Ayuntamiento de Madrid), Andrea Levy (concejal del PP) y el antropólogo Calvo Buezas.

Yo compartí el evento junto a mi estimada Henar Corbí, antropóloga y miembro del Comite sobre Genocidio Gitano del IHRA (Internacional Holocaust Remembrance Alliance), entre otros, que cuenta con una dilatadísima trayectoria en el trabajo institucional contra la intolerancia al otro, especialmente en lo concerniente al antigitanismo y al antisemitismo.

El antigitanismo es estructural en la cultura española y europea en general, el rechazo viene de antiguo, pero la manifestación viene a poner de manifiesto que estamos en unos momentos preocupantes. En Italia el partido de extrema derecha Fuorza Nuova ha convocado una manifestación frente al asentamiento gitano de Via Salviati bajo el eslogan: Cerremos el campamento gitano de inmediato. Y hace poco el ministro italiano de Interior, Salvini, se ha reunido con el primer ministro húngaro Viktor Orbán, siendo dos políticos que alientan la xenofobia y el racismo en Europa. Lo que, unido al auge de partidos de extrema derecha en otros países europeos, nos pone en alerta sobre la situación.

Por otro lado, en lo relativo a España, recientemente en el barrio madrileño del Pozo del Tío Raimundo, como consecuencia del asesinato de un vecino payo a manos de otro gitano, se han producido violentas manifestaciones contra la familia de éste. El Pozo tiene una trayectoria de búsqueda de la convivencia y el bienestar de sus vecinos desde su origen en los tiempos franquistas, cuando era un barrio de chabolas embarrado y sin servicios básicos. Recomiendo el documental Flores de Luna para conocer su honrosa trayectoria.

Según un comunicado de la Asociación de Vecinos del Pozo del tío Raimundo, que preside Gabriel del Puerto, llevan tiempo pidiendo a las administraciones trabajar para frenar el paulatino deterioro de la convivencia y la seguridad en el barrio, y al final se ha encontrado con la tragedia. En superar la problemática se está trabajando. 

«El antigitanismo es estructural en la cultura española y europea en general»

El tema es complejo pero me voy a centrar en varios aspectos. Los gitanos han sido un pueblo errante y ello ha generado una desconfianza sempiterna hacia ellos. Cuando se han establecido en un territorio la desconfianza no ha ido a menos, sobre todo en la medida en que han mantenido rasgos básicos de su idiosincrasia cultural (algo similar ha pasado con los judíos). En España, desde los Reyes Católicos ha habido un sinfín de pragmáticas contra los gitanos. En 1749 con Fernando VI se llevó a cabo la Gran Redada que no era otra cosa que un programa de apresamiento y esclavitud de l@s gitan@s, separándoles por sexo (salvo los menores de 7 años que quedaron con sus madres) para condenarles al exterminio como pueblo.

Su persecución legal termina en 1978 cuando a propuesta de Juan de Dios Heredia, el Parlamento deroga la parte del reglamento de la Guardia Civil que les discrimina. Recientemente el Ayuntamiento de Madrid ha hecho un acto simbólico de desagravio por esta historia de iniquidad. Por otro lado, el régimen nazi amparó el genocidio de aproximadamente medio millón de gitanos, aunque no sea de la mayoría conocido. Ahora se trabaja en ello.

La historia del pueblo gitano es muy desconocida en general, pero explica en gran medida la resentida situación de los gitanos frente a los payos, así como la incapacidad institucional y social que se ha tenido para aceptar su idiosincrasia cultural. De ello hablo en Ideologías Excluyentes (Ed. Catarata). Por ello, en estos momentos en que parte de Europa vira hacia la xenofobia y el racismo, es importante trabajar más por el entendimiento y la convivencia. Todos tenemos nuestro granito que aportar y los medios de comunicación especialmente. Porque cuando un gitano comete un delito viene a representar a todos los gitanos, cosa que no ocurre con los payos.

«no pedimos impunidad si se cometen delitos, más si son de sangre, como no lo haríamos con ningún payo, pedimos comprensión»

Los estereotipos juegan en su contra: la vida es más difícil cuando no les alquilan un piso o no se fían de ellos, en otras cosas por los genes heredados y su diversidad cultural. Hasta qué punto se sienten tratados como extraños en la tierra en la que llevan más de 500 años que una de las proclamas que más se escuchó en la manifestación fue la de somos españoles. Y claro que lo son, pero también hemos de tener claro que la integración de los gitanos no puede pasar por su “asimilación”, pues ello supondría su extinción cultural. Para comprender esto bien puede valer el artículo del Equipo Rromani Pativ.

Los que abogamos por ellos no pedimos impunidad si se cometen delitos, más si son de sangre, como no lo haríamos con ningún payo, pedimos comprensión, ponerse de vez en cuando en sus zapatos, y respeto. También pedimos reconocimiento de su lengua (el romaní), de su arte que en España tantos frutos ha dado (formando parte del acervo común), su respeto por los mayores…

Siempre recordaré un exposición de Calvo Buezas a fines de los 80 donde observaba que los niños gitanos no solían tener un buen autoconcepto ¿se paran a pensar lo que eso significa?

Aquí lo dejo y termino la columna deseando a todos los lectores, como hacen los gitanos, “salud y libertad”.

 

Yolanda Guío (@Guiocerezo

(Educadora y antropóloga)

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1 COMENTARIO

  1. Ciertamente el mundo gitano, salvo excepciones, tiene mala fama.
    Es un trabajo de todos, payos y gitanos, para llegar al mejor entendimiento cultural y social
    Las administraciones también tienen que hacer un buen trabajo para ello

    Lo terrible de este tiempo son los negros aires fascistas que asoman por toda europa y en españa últimamente con la irrupción de la ultraderecha que de una manera u otra provocarán las desigualdades sociales y culturales

    Esperemos a ver los sucesos venideros en el mundo que vivimos y guerras existentes en el mundo árabe
    Saludos

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