La expresidenta del PP vasco, María San Gil, mostró ayer en Brunete su sorpresa ante la postura de su partido con una moción que pretendía que EH Bildu se sumara a una ponencia del Parlamento de Vitoria «rechazando» la violencia, sin condenarla: “Nunca pensé, de verdad, que íbamos a caer tan bajo”, afirmó durante la presentación del libro Cuando la maldad golpea.
Las declaraciones de San Gil llegaron después de la presentación de este libro editado por la Fundación Villacisneros, de la que es patrona. Fue Preguntada sobre la polémica que tuvo lugar ayer con la rectificación de la presidenta del PP vasco, Arancha Quiroga, que en un primer momento pretendía que EH Bildu se sumara a una ponencia del Parlamento de Vitoria sobre Libertad y Convivencia, rechazando tan sólo la violencia, sin condenarla. Todo parece indicar que una llamada de atención desde Génova hizo que los populares vascos rectificaran.
“Nunca pensé, de verdad, que íbamos a caer tan bajo”, pero “como sigue siendo mi partido, sobran las palabras”, afirmó. Además, señaló que “cuando algo cambia 180 grados y que cuando la exigencia de derrota y de condena era inapelable, si nada cambia, no entiendo porqué hemos bajado nuestro suelo de exigencia», indicó.
La militante popular recordó que cuando dejó la dirección del partido en esa comunidad autónoma y el escaño en el Parlamento Vasco en 2008, lo hizo porque “las cosas estaban empezando a cambiar” y no sentía que se defendiera lo mismo que ella consideraba y de la manera que creía.
San Gil afirmó que no se ha derrotado a ETA, a pesar de que valoro el cese de atentados desde la tregua de 2011. “No ha entregado las armas, no ha pedido perdón, no se han arrepentido de nada, y sobre todo, no colaboran con la justicia”. En ese punto recordó la situación de Valentín Lasarte, que fue miembro del comando que asesinó en 1995 al edil del PP en San Sebastián, Gregorio Ordoñez y que está en libertad. “Tiene una amnesia total y no se acuerda de nada, no ha colaborado con la justicia para nada y se pasea tranquilamente por San Sebastián. Yo me cruzo con él y va tranquilamente paseando y yo voy con dos escoltas. Así es como vivimos en el País Vasco. Esto hay que contarlo”.

Asesinatos sin resolver
En la actualidad, más de 300 asesinatos de ETA están sin resolver y San Gil denuncia que se les ha premiado por dejar de matar y se les ha permitido volver a las instituciones pese a la Ley de Partidos del año 2003; “tienen tres senadores, siete diputados nacionales, 21 parlamentarios vascos, 77 alcaldías y en las últimas elecciones han hecho el desembarco en Navarra, donde tienen ocho parlamentarios y 37 alcaldías, de ellas 25 con mayoría absoluta”.
La militante popular mostró su enfado ante los momentos en los que se habla de víctimas de los dos lados. “Me saca de quicio”, afirmó. También recordó que en el País Vasco ejerce como secretario de Paz y Convivencia del Gobierno regional, Jonan Fernádez, concejal de Herri Batasuna (HB) en Tolosa de 1987 a 1991. A San Gil le parece “increíble” que este hombre acuda a los colegios a contar lo que ha pasado en el País Vasco e igual vaya con víctimas de ETA que con quienes han sufrido abuso policial. “A los niños les cuenta que tan víctima es alguien que ha muerto asesinado por terrorista, como alguien que ha puesto una bomba y se ha muerto poniendo una bomba”.
“las víctimas del terrorismo representan la libertad, la dignidad, representan a España, porque los mataron por España”
También denunció que el Ayuntamiento de Pamplona, que tiene alcalde de Bildu, canceló una exposición sobre la labor de la Policía Nacional frente al terrorismo. “Hoy se quiere callar y silenciar la memoria de las víctimas”, recalcó, y reiteró que la Fundación Villacisneros está en todo lo contrario, en que “se oiga cada vez más lo que reclaman”.
Sí reconoció que ETA ha dejado de matar, y que las fuerzas y cuerpos de seguridad del Estado han actuado muy bien, pero cree que “la ETA política tiene más fuerza que nunca”, y que “están más cerca que nunca de conseguir la Euskal Herria de los siete territorios”.
Regreso a la política activa
Ya en las preguntas del público asistente, recordó la sensación de vacío que les hacen sentir algunos en el País Vasco, reconoció la labor de los escoltas, y preguntada sobre su posible regreso a la política activa aclaró que su “rebeldía cívica” la canaliza en la Fundación Villacisneros: “no creo que haya mejor sitio en este momento para hacer las reivindicaciones que yo creo. Sigo siendo militante del PP, tengo compañeros como Borja (Semper) a los que quiero y admiro, pero en este momento no me siento muy identificada con la política que hace mi partido en el País Vasco, no diré más”.
En su intervención inicial María San Gil se mostró agradecida al Ayuntamiento de Brunete por la invitación a la Fundación Villacisneros, con el objetivo de presentar este libro en el que 12 víctimas de ETA cuentan sus vivencias ante la barbarie terrorista. “A las víctimas hay que recordarlas siempre, y más en momentos como ahora, que parece que molestan”, señaló la donostiarra, quien contó que ahora parece que en el País Vasco existe una corriente para que se haga “tabula rasa”, que se olviden los 50 años del terrorismo de ETA y se pase página «como si no pasara nada».
Borja Gutiérrez: «las víctimas son el estandarte de la valentía»

Asimismo, subrayó que “las víctimas del terrorismo representan la libertad, la dignidad, representan a España, porque los mataron por España”, afirmó parafraseando el capítulo del libro escrito por Ana Velasco Vidal, hija del comandante Jesús Velasco Zuazola, asesinado por ETA en 1980.“Una sociedad democrática que se precie, tiene que llevar a las víctimas del terrorismo en el corazón y en la cabeza, si no, seremos una sociedad mezquina e innoble” sentenció.
Precisamente, Ana Velasco, también patrona de Villacisneros, fue otra de las personas intervinientes, y recordó el trabajo de la fundación para no olvidar a las víctimas de ETA, denunció la actual estrategia del Gobierno vasco, así como «la inoperancia» del Gobierno de España ante la condescendencia con los terroristas encarcelados.
El acto, que llenó la salón de actos del Centro Cultural de Brunete, contó con la participación de la edil de Cultura, María del Mar Nicolás y del alcalde, Borja Gutiérrez, que mostró su cariño y reconocimiento a las víctimas del terrorismo y destacó el «orgullo» de poder contar con sus testimonios en el libro Cuando la maldad golpea. «Todo lo que pudiera decir del espíritu de las víctimas, sobre su sacrificio y el efecto que han transmitido a la sociedad española se quedaría corto. No existen palabras capaces de describir su generosidad», y las definió como «el estandarte de la valentía».
En la sala se pudo ver algunos cuadros del pintor Manuel Martín Cabrera al que le ha inspirado el sufrimiento de las víctimas de ETA.
IRC (@IsraelRCanora)