La mala alimentación amenaza al desarrollo cognitivo de los niños

0
Alumna comedor Agora International School
Alumna del Agora Madrid Internacional School.

El abuso de las grasas saturadas y productos ultraprocesados provoca un menor rendimiento y concentración en el colegio, además de adicción a la comida y problemas de obesidad infantil. 

A un mes escaso del comienzo del curso escolar, la alimentación de los más pequeños vuelve a ser una de las grandes preocupaciones para los padres. Según un estudio de la UNED, una mala alimentación, basada en la ingesta de dietas con alto contenido en grasas saturadas, especialmente de aceite de palma, tiene efectos nocivos en el aprendizaje y la memoria. 

Equipo investigacion UNED
El equipo de investigación Psicobiología del Aprendizaje y la Memoria de la UNED.

La investigación, encabezada por las profesoras Nuria Del Olmo y Ana Belén Sanz, ambas miembros del grupo Psicobiología del Aprendizaje y la Memoria, revela que el consumo de azúcares y ácidos grasos saturados, especialmente abundantes en productos industriales como la bollería, tan popular entre los niños, afecta negativamente al aprendizaje.

«Hemos constatado que una dieta rica en estos ácidos conlleva un deterioro cerebral y una disminución en la capacidad para adquirir conceptos y nuevos conocimientos», afirma Del Olmo. Además de estos efectos perjudiciales, «dichos alimentos tienen un alto potencial adictivo debido a su contenido elevado de azúcar, lo que también puede derivar en problemas de obesidad», determina la investigadora principal para este periódico.

Nuria Del Olmo Izquierdo
Nuria Del Olmo Izquierdo, investigadora principal.

La adicción a la comida, al igual que a las drogas, pantallas o videojuegos, es una realidad que afecta a un número creciente de menores. Las investigadoras subrayan la importancia de adoptar una dieta compuesta por un 50 por ciento de vegetales, un 25% de carbohidratos ricos en fibra y un 25% de proteínas, como medida clave para prevenir estos problemas. 

Tomar lácteos revierte los efectos perjudiciales de las grasas saturadas 

Este estudio ha permitido identificar la presencia de un ácido graso de cadena corta, denominado ácido butírico, que se encuentra en productos lácteos como la leche de vaca entera, la mantequilla, el queso, que consumidos de forma equilibrada resultan beneficiosos en la lucha contra el deterioro cognitivo inducido por dietas grasas. Además, el intestino es también capaz de producir este ácido butírico a través de lo que se conoce como “fermentación intestinal de la fibra dietética”, por lo que la ingesta de frutas y verduras favorece su producción. 

imagen laboratorio UNED
En el laboratorio de la UNED investigan cómo la mala alimentación afecta al cerebro.

«Trabajamos con un precursor del ácido butírico, la tributirina, que revierte los efectos nocivos de estas dietas. Administramos este suplemento alimenticio a los animales y observamos que revertía, en gran medida, los déficits causados por las dietas grasas», señala Ana Belén Sanz.

La educación alimentaria también empieza en el colegio

Los niños pasan una media de ocho horas en los colegios, y la mayoría de familias utilizan el servicio de comedor, lo que supone que los centros se han convertido también en espacios de educación alimentaria. Y aunque los padres siempre se han mostrado exigentes con los menús escolares, en los últimos años la importancia hacia la alimentación saludable ha cobrado más peso. La reducción de azúcares, materias grasas y ultraprocesados en ellos ayuda a educar el paladar desde los primeros años de escuela, especialmente en un momento en el que las familias buscan también la adaptación a cada situación personal: intolerancias, veganismo, celiaquía, etc.

Se ha producido una gran evolución respecto a lo que se podía ofrecer en los comedores hace diez años, cuando el concepto “saludable” estaba al final de la cadena y no era transversal a todo el proceso de alimentación escolar, como ocurre actualmente.

Se ha producido una gran evolución respecto a lo que se podía ofrecer en los comedores hace diez años.

«Uno de los principales pilares del proyecto Alimentación Saludable es que nuestros alumnos dispongan de una gran variedad de elaboraciones a lo largo del mes. Entendemos que esta es una excelente forma de darles a conocer la riqueza de la dieta mediterránea», aclara a este medio el subdirector de Agora Madrid International School, J. Daniel García. 

Trabajar con productos de calidad, elaboraciones in situ y diarias en todos los platos, así como la escucha de los alumnos entendiendo su contexto alimentario, resulta indispensable. Así lo explica el jefe de cocina de este centro ubicado en Villaviciosa de Odón, Luis Tanarro: «para nosotros es fundamental adaptar a cada etapa escolar todas las elaboraciones, respetando tanto la esencia de cada plato como el enfoque saludable característico de nuestro proyecto».

La presentación de los platos es otro de los pilares esenciales para llamar la atención de los más pequeños y abrir su apetito, «el sabor, la temperatura y la textura o la propia combinación de platos son cuestiones relevantes, pero seguramente sea el emplatado final lo que más influye a la hora de que quieran comer», destaca Tanarro.

Más que un espacio para comer 

Los comedores de los colegios también son espacios donde aprender. Compass Group España ofrece su servicio en comedores de 95 en la Comunidad de Madrid a través de su marca Scolarest, lo que se traduce en alrededor de ocho millones de menús al año en centros escolares.

Uno de sus principales puntos fuertes es la puesta en valor de una alimentación sana, rica y variada: «nos guiamos por nuestro propósito de influir positivamente en la vida de las familias a través de la alimentación y esto lo materializamos ofreciendo una alimentación saludable, segura y sostenible. Entendemos la relevancia que una alimentación adecuada tiene para el crecimiento, desarrollo y rendimiento del alumnado, y tratamos de fomentar hábitos alimentarios saludables que los niños pueden integrar en sus familias y hogares» explica a este periódico Joan Vergés, director de Educación, Senior & Social y Seral de Compass Group España.

Scolarest fish pizza
Preparación de FishPizza por Scolarest.

La compañía de restauración ha puesto en marcha para este curso un proyecto educativo basado en la filosofía ‘Meraki’, que ofrece la mejor oferta gastronómica a los escolares, adaptada a sus necesidades y acompañada de actividades complementarias. Su objetivo es convertir el comedor en un aula más a través de iniciativas como ‘Educativo Meraki’, que incluye actividades que fomentan buenos hábitos alimentarios y la integración de la actividad física en el día a día del alumno; ‘Cómete el mundo’, con el que los niños descubren nuevas culturas sin salir del comedor o ‘Stop Food Waste’, para concienciar sobre el gran impacto que supone el desperdicio de alimentos. 

Creatividad e innovación para atraer a los más pequeños

Uno de los grandes retos en los centros es conseguir que los pequeños no dejen nada en el plato, especialmente cuando se trata de alimentos menos atractivos para ellos, como el pescado.

En este sentido, Compass ha impulsado, a través de la innovación y la creatividad gastronómica, el proyecto ‘Fish Revolution’. Una alianza entre Compass Group España, el chef Ángel León, y Grupo Nueva Pescanova, con el objetivo de enseñar a comer pescado de una forma más atractiva, a través de texturas novedosas, sabores reales y formas divertidas.

«Después de tres años de investigación y desarrollo, en 2020 pusimos en marcha este programa pionero, que ayuda a los centros escolares y familias a que los niños integren la proteína marina dentro de su planificación gastronómica mensual, voluntaria y conscientemente. Hemos lanzado productos naturales, sanos y riquísimos como los Tallarines de Merluza, el Chorizo de Mar, las FishPatatas, la FishTortilla, la FishLasaña y la FishPizza, que están causando sensación en nuestros comedores», comenta Vergés. 

El sobrepeso infantil, una amenaza en España 

Según la última edición del estudio ALADINO, impulsado por el Ministerio de Derechos Sociales, más de un tercio de los escolares españoles entre seis y nueve años tiene problemas de sobrepeso. Destacan además datos preocupantes, como el que indica que menos de la mitad de los niños consumen fruta a diario y tan solo un 23,8% come verdura todos los días.

Según explica Carolina Gutiérrez, pediatra del Hospital Puerta de Hierro Majadahonda, «la alimentación en edades tempranas, desde la concepción hasta los dos años de edad, denominada nutrición en los primeros mil días, tiene un efecto muy importante sobre la salud futura a lo largo de la vida, debido a lo que se conoce como programación metabólica». 

Menos de la mitad de los niños consumen fruta a diario y tan solo un 23,8% come verdura todos los días.

Alimentos como los azúcares refinados y las carnes muy procesadas deben evitarse en la dieta, especialmente cuando se trata de niños, que están en pleno desarrollo. Como especialista en Gastroenterología y Nutrición, Gutiérrez destaca que una mala alimentación en ese período hasta los dos años de edad se asocia a un aumento de riesgo de enfermedades muy frecuentes entre los adultos como la obesidad, diabetes tipo 2, hipertensión, aumento de colesterol y arteriosclerosis. «La alimentación se debe basar en la dieta mediterránea, marcada por productos frescos y de temporada», afirma la doctora para Villaviciosadigital.

Fachada del Hospital Puerta de Hierro
El tratamiento de los niños con obesidad se aborda en base a los protocolos de la Asociación Americana de Pediatría.

Uno de los errores más frecuentes que se comente en las dietas es la aportación excesiva de proteínas de origen animal. En ese sentido el plato único con verdura, arroz, legumbre y una pequeña porción de proteína animal supone una opción más saludable. Otro fallo también frecuente es adquirir productos procesados ‘light’, ya que generalmente se tienden a considerar como más sanos. 

Hasta un 25% de los pacientes referidos a la consulta de Endocrinología Pediátrica de este hospital público presentan obesidad. Una vez se descartan causas secundarias como las genéticas o endocrinas, se valoran riesgos como hipertensión arterial, alteración del metabolismo de la glucosa e hígado graso. «Después, se realiza un programa educativo destinado a modificar hábitos de vida en relación a la alimentación y actividad física, para lo que es esencial la implicación de las familias», aclaran desde el Puerta de Hierro. 

Cabe señalar que, aunque la Comunidad de Madrid se encuentra en la media nacional en lo que se refiere a obesidad infantil, el Ayuntamiento de la capital cuenta con el programa Madrid+Salud para la prevención y abordaje de esta enfermedad. Acciones que contribuyen a que los niños comprendan la pirámide de la dieta mediterránea y la importancia de consumir con frecuencia cereales, legumbres, frutas y verduras, así como que alimentos proteicos como carne magra, pescado, lácteos y huevos, deben tomarse con moderación. Todo ello distribuido en cinco comidas al día, y acompañado de actividad física regular. 

 

RECIBE NUESTRAS NOTICIAS DE FORMA SEMANAL

DEJA UNA RESPUESTA

Por favor, escribe tu comentario
Por favor, escribe tu nombre aquí