Retrasa la aparición del alzhéimer o del párkinson, mejora la capacidad cognitiva y del aparato locomotor, disminuye el riesgo de desarrollar algunos tipos de cáncer y mejora el perfil de la hipertensión arterial y de la diabetes, entre otros beneficios.
El Hospital Universitario Rey Juan Carlos , ha incluido este año como «estrategia prioritaria» de su línea de trabajo de promoción y prevención en salud la prescripción de ejercicio físico para contribuir a mejorar la calidad de vida y bienestar de la población.
Para ello, especialistas de diferentes áreas han elaborado una serie de consejos enfocados en distintos perfiles de pacientes, como las personas mayores y quienes sufren enfermedad cardiovascular o con patologías del aparato locomotor para ayudarles a saber cómo hacer ejercicio de manera saludable
La Dra. Carmen Plaza, directora de Continuidad Asistencial del hospital mostoleño, señala que “el deporte, bien hecho y bien entendido, es una de las mejores herramientas que tenemos, ya que tiene un impacto positivo prácticamente en todos los órganos del cuerpo”. Y es que, además de los beneficios anteriormente mencionados, “se ha comprobado que la práctica de ejercicio físico puede llegar a reducir el índice de mortalidad en torno a un 20-25 por ciento, especialmente en aquellos individuos que están mejor entrenados”, agrega.
En el caso del cáncer de mama, alrededor del 14 % de los casos se pueden evitar, según un estudio epidemiológico del Grupo GEICAM de Investigación en Cáncer de Mama. Y en el de la COVID-19 comprobaron que aumentó en ocho veces la supervivencia.
En el caso concreto de pacientes con enfermedad cardiovascular, el Rey Juan Carlos tiene, de hecho, protocolizada su prescripción, ya que reduce entre un 20 y un 25 por ciento la posibilidad de sufrir una cardiopatía, pero buscan extenderlo a otras personas que tienen un mejor cuadro médico. «Probablemente, el ejercicio bien hecho, tiene la misma efectividad, o incluso más, que algún tratamiento”, subraya.
Los expertos recomiendan siempre como base el ejercicio aeróbico cardiovascular sano, como caminar, nadar o trotar, durante unos 30 ó 40 minutos, y siempre a un ritmo asumible en cada caso. Asimismo, recomiendan combinar el aeróbico con el de fuerza para ganar musculatura, y a una intensidad adecuada, aunque siempre con moderación, para que no suponga un estrés para el organismo.
Pasos previos
En cuanto a las personas con más de 60 años, la directora de Continuidad Asistencial aconseja realizar en primer lugar un chequeo que permita evaluar el estado físico de partida y comprobar si hay algún factor de riesgo.
Subraya que “es fundamental que las personas de este grupo poblacional no caigan en el sedentarismo, ya que la mayor parte de los problemas atendidos en consulta derivan de la impotencia funcional que se va desarrollando a ciertas edades con el paso del tiempo”.
Para ellas recomiendan un ejercicio constante y moderado y, si se comienza de cero, es importante recordar que tienen más riesgos que quienes ya están entrenados; de ahí la relevancia de que la práctica sea progresiva.
Finalmente, en los casos en los que un paciente quiera hacer un ejercicio más vigoroso, Plaza recomienda hacer un electrocardiograma o una prueba de esfuerzo, así como confirmar si sufre alguna molestia o tiene antecedentes personales o familiares alarmantes.
