Un pastor alemán entrenado por un grupo de científicos estadounidenses logra detectar cáncer tiroidal con sólo oler la orina humana. De las 34 personas que accedieron a someterse al experimento, un total de 29,988 fueron diagnosticadas correctamente por ‘Frankie’, cosechando de esta manera un acierto de 88,2 por ciento.
Los resultados de este estudio han sido presentados este fin de semana en San Francisco (California) en la que ha sido la 97 reunión de la Sociedad Endocrinóloga de EEUU.
El can fue adiestrado para reconocer qué muestras de tejidos tiroidales tenían cáncer, simplemente con atender al olor que se desprendía de las mismas. Después de olisquear, debía ejecutar un comportamiento en relación a lo que percibiese.
De las 34 personas que participaron en esta prueba, 15 ya padecían la enfermedad y 19 no. El pastor alemán aprendió a tumbarse cuando identificara cáncer y a apartarse cuando el componente líquido estuviera limpio. Después de someterse a esta prueba, acertó 30 de los 34 casos a los que fue expuesto.
Lo realmente sorprendente es que ‘Frankie’ logró una precisión diagnóstica algo inferior a la que se desprende de los resultados que se extraen de las biopsias por aspiración con aguja fina, una técnica habitual en esos casos.
El olfato canino, en palabras de varios expertos en la materia, es el sentido más desarrollado de estos y otros animales y 10.000 superior al del gusto. Esto es así porque disponen de un órgano auxiliar sensitivo llamado órgano de Jacobson, ubicado entre la nariz y la boca, que le permite extraer el olor del aire o de sustancias que un ser humano es incapaz de percibir por tener 10 receptores sensitivos menos.
Esta ventaja olfativa puede comenzar a utilizarse en beneficio de la detección de enfermedades que pueda padecer la raza humana, aunque por el momento solo ha sido entendido como un prueba más de la eficacia animal. Lo cierto es que si en un futuro se implantará, la sanidad incurría en menos gastos.
Redacción