
El Servicio de Geriatría del Hospital Universitario Rey Juan Carlos, en Móstoles, ha sido reconocido a nivel internacional con la publicación de su estudio en una de las revistas de mayor impacto en ese ámbito.
‘Predictive factors of gait recovery after hip fracture: a scoping review’ se ha publicado en la revista Age and Aging y analiza los factores que determinan la capacidad de los pacientes mayores para recuperar la marcha tras una fractura de cadera. Este tipo de lesiones representa una de las principales causas de discapacidad y dependencia en la población anciana, con un impacto significativo en su calidad de vida y en los sistemas de salud, y la pérdida de movilidad derivada de ellas puede conllevar complicaciones graves, como el deterioro funcional acelerado.
La investigación, fruto del trabajo conjunto de geriatras, internistas y enfermeras del centro mostoleño junto con especialistas de otros centros, ha identificado dos grupos principales de factores que influyen en la recuperación: los no modificables, intrínsecos al paciente; y los que sí lo son, sobre los que es posible intervenir para mejorar los resultados.
Entre los primeros, se encuentran la edad avanzada, la dependencia previa, la polifarmacia, el estado nutricional deficiente y la presencia de múltiples comorbilidades, especialmente la demencia. «Estos pacientes más frágiles tienen mayores dificultades para recuperar la marcha, lo que hace imprescindible adaptar la atención sanitaria a sus necesidades específicas en lugar de ajustarlos a modelos rígidos de atención», según los autores.
Por otro lado, existen factores modificables con evidencia sólida de mejorar la recuperación, como la aplicación de programas de rehabilitación intensivos; la realización de ejercicio físico -especialmente el de fuerza-; una intervención quirúrgica cuidadosa que garantice la estabilidad de la fractura; y el manejo en unidades multidisciplinares de Ortogeriatría, lo que Estas minimizan el riesgo de complicaciones, facilitan la comunicación entre los profesionales implicados y optimizan la recuperación funcional.
“Cuanto antes se trabaje la movilidad del paciente, mayores serán sus probabilidades de volver a caminar”, explica la Dra. Cristina González de Villaumbrosia, jefa del Servicio de Geriatría del Rey Juan Carlos y una de las principales autoras del estudio.
Además, se ha identificado que el miedo a caerse es el principal factor psicológico que influye negativamente en la recuperación de la marcha, «lo que subraya la importancia de un enfoque integral en la rehabilitación».
Unidades ortogeriátricas
El estudio también subraya «el papel fundamental» de las unidades ortogeriátricas especializadas en la recuperación de los pacientes con fractura de cadera. Estos equipos multidisciplinares, en los que geriatras y traumatólogos trabajan conjuntamente junto con Enfermería y Fisioterapia, cuentan con una sólida base científica que demuestra su eficacia en la recuperación de la marcha y la reducción de complicaciones.
“Los pacientes tratados en hospitales con unidades ortogeriátricas especializadas presentan mejores tasas de recuperación y menos complicaciones durante su hospitalización”, señala la Dra. González de Villaumbrosia, indicando que “este enfoque mejora la movilidad tras una fractura, y reduce el riesgo de delirium, infecciones y otras complicaciones asociadas a la inmovilidad prolongada”.
Además de la atención médica individualizada, la comunicación entre profesionales y la personalización de los tratamientos son aspectos muy importantes para optimizar la recuperación. “No podemos aplicar un protocolo estándar para todos los pacientes; cada caso requiere una evaluación detallada para adaptar la rehabilitación a sus necesidades específicas”, enfatiza.
Las conclusiones del estudio respaldan la necesidad de implementar estrategias específicas de rehabilitación y atención geriátrica para mejorar los resultados funcionales y la calidad de vida de los pacientes. «Además, abre la puerta a futuras investigaciones que permitan validar el modelo en diferentes poblaciones y evaluar su impacto en la práctica clínica diaria», han explicado desde el centro hospitalario que da cobertura sanitaria a cerca de 200.000 habitantes de 18 municipios como Móstoles, Villaviciosa de Odón o Navalcarnero y que hace unas semanas realizó con éxito su primera donación cardiaca en asistolia controlada, una de las técnicas más complejas en ese ámbito.