Dos emprendedoras de Villaviciosa de Odón reinventan la solidaridad con cafés virtuales

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melania-arias-e-isabel-ramos-ong-share-a-coffe-for-foto-villaviciosadigitalMelania Arias e Isabel Ramos han creado la ONG ‘Share A Coffe For’ que se articula a través de una página web en la que se pueden donar cafés virtuales (cuyo precio es de 2 euros unidad), a un proyecto de ayuda que elige quien realiza el donativo. (vídeo al final de la información).

Villaviciosadigital.es ha compartido unas horas con estas dos emprendedoras de la comunicación cuyo motor en su vida es la ayuda a los demás. Melania Arias (a la derecha de la imagen) es vecina de Villaviciosa de Odón desde hace más 20 años, además, fue estudiante en el Eurocolegio Casvi; “soy casviriana”, afirma. Por su parte, Isabel Ramos (a la izquierda) reside en Villanueva del Pardillo, pero trabaja con la primera en el municipio villaodonense, en Melisa Studio, una agencia de comunicación enfocada, sobre todo, a empresas que se preocupen por la responsabilidad social.

Cercanas, sonrientes e ilusionadas. Así se mostraron en la entrevista donde contaron que se conocieron durante la carrera de Comunicación Audiovisual en la Universidad Complutense de Madrid y están unidas por su vocación, pero también por su amor por ayudar a los demás. Melania es voluntaria e hizo su tesis doctoral cuyo principal eje fue la cooperación; concretamente, cómo mejorar el tercer sector en Latinoamérica a través de las nuevas tecnologías. Mientras que Isabel ha enfocado el voluntariado en ayudar a los refugiados moviéndose por su cuenta.

Después de más de 15 años trabajando en consultoras de comunicación y en grandes productoras, unieron sus caminos ante las dificultades laborales en el mundo de los medios y pusieron en marcha su agencia hace casi dos; una aventura que está enfocada en empresas en las que hay un fuerte arraigo de responsabilidad social.

Pero ¿cómo nació su ONG, ‘Share A Coffe For’ (en castellano, ‘comparte un café por’ )? Casi por casualidad. A primeros de 2015 Isabel se juntó con amigos y a través de un colegio de Villanueva del Pardillo reunieron un camión de material de ayuda destinado a los refugiados en Calais (Francia), donde lo llevaron por sus propios medios. “Esa experiencia fue muy dura, porque tener el campamento enfrente y ver que al otro lado de la calle hay una casas preciosas, es difícil”. En esas lides estaban cuando ambas decidieron recaudar fondos con un acto de cafés solidarios que organizaron en Madrid enero de este año.

“Por nuestra experiencia, vimos que era más efectivo recaudar dinero, localizar en los puntos estratégicos qué se necesitaba en ese momento y mandar los fondos y que se comprara y repartiera allí, en lugar de encargarnos de recoger todo el material de ayuda”, como pasó con Calais, explican. Para facilitar las ayudas de gente que no pudo asistir a ese evento en Madrid, transformaron su idea de quedada cafetera solidaria en la web ‘Share A Coffee For’, donde se comparte un café virtual que se convierte en ayuda a gente o proyectos que lo necesitan.

El boca a boca y, sobre todo, Internet, ha provocado que cada vez más gente ayude y comparta cafés cuyo dinero va destinado a proyectos concretos. En ‘Share A Coffee For’ escogen y auditan proyectos solidarios a los que, a través de su web, la personas deciden a qué necesidad va a ir el dinero. Los han dividido en nueve colores: Ayuda Humanitaria, Medio Ambiente, Ayuda a la Infancia, Educación, Personas Mayores, Ayuda Social y Emergencias, Protección a los Animales y Salud. “Nuestro máximo esfuerzo es que la gente sepa que su café solidario se va a convertir en una cosa tangible, no se va a perder la donación por el camino como pasa en otras ONGs en las que donas 10 euros y no sabes dónde va el dinero”, afirman.

Nos sentimos responsables del dinero de la gente

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Niños de guardería de Debre Zeit, en Etiopía. (Foto: Share A Coffe for).

Hasta ahora se han compartido más de 9.000 cafés: 427 se han convertido en plátanos, pan y leche para que 110 niños desayunen cada día en su guardería en Debre Zeit (Etiopía); más de 600 en leche, ropa, tomates, fruta y una biblioteca infantil para los refugiados en Calais y Grecia; 900 en un autobús escolar para que los niños baka en Djoum (Camerún) no tengan que caminar durante horas al colegio; 283 en colmenares de abejas para reforestar los bosques de Guadalajara, entre otros.

La labor de control que realizan Isabel y Melania es importante, un trabajo donde la transparencia es una de sus máximas. “Exigimos a la ONG a la que va destinada el dinero que nos envíen los tickets, fotos de lo que han comprado y el detalle de cómo se reparte. De esta forma, quien done cafés, ve que su dinero llega. La donación de cafés va donde elija la persona, pero para algo determinado, por ejemplo, comprar pizarras”, cuentan.  Esto lo pueden comprobar a través de la web y de las redes sociales donde muestran las fotos de lo que se ha hecho en el proyecto. Incluso, si algún cafetero quiere ver in situ el proyecto, pueden organizar una visita.

Esa facilidad para echar una mano se plasma en el entorno de la web, muy visual, sencilla e intuitiva. “Queremos que la gente pueda ayudar de una forma fácil, y por eso diseñamos la web para hacerlo sencillo, como tomarse un café”, comenta Arias.

El objetivo es crear una comunidad de cafeteros solidarios “para que la gente entienda que, de persona a persona, se puede ayudar y hacer mucho con un sencillo gesto de tomarse un café, en este caso virtual”, subrayan.

ONGs

En las nueve áreas de ayuda trabajan con numerosas ONGs, según las necesidades que vayan surgiendo. En Refugiados colaboran con unas 15; en Medioambiente, actualmente, ayudan a una de Costa Rica que protege los océanos mediante los cuidados de las tortugas y los tiburones; en Educación, con un proyecto en Camerún para que los niños tengan transporte hasta la escuela; en Infancia, ayudan a una que da de comer a menores en Etiopía, etc.

Cada área tiene su ONG, pero pueden cambiar, según el proyecto haya finalizado, o surjan otros nuevos, y pueden estar a la vez varias con diferentes necesidades. En este punto Isabel y Melania recalcan que el dinero que entre se reparte por igual entre las que haya, “no hay preferencia”.

Colaborar con ‘Share A Coffe For’ es sencillo, aunque es necesario cumplir algunos requisitos y pasar un periodo de prueba. Las ONGs pueden contactar con ellas a través de la web, pero Isabel y Melania llevan a cabo una labor de investigación para comprobar que cumplan sus protocolos de seguimiento y actuación. Alguno de ellos es que sean activos en redes sociales, porque esta web recauda fondos a través de ellas; que sean dinámicos, proactivos; que sepan mover a su comunidad; con un lenguaje actual, etc. “Nos sentimos responsables del dinero de la gente”, argumentan.

“No lo hacemos por amor al arte, es que es necesario ayudarse los unos a los otros”

Próximamente, activarán el área de Mujeres, en el que se encuentran en proceso de selección de proyectos de ONGs; fundamentalmente en España, para ayudar a las que estén en riesgo de exclusión social, violencia de género, y en el Congo, para las que han sido violadas.

Ayudas

share-a-coffe-for-ong-villaviciosa-de-odonLas necesidades son numerosas, pero ¿a qué proyectos destina la gente más cafés solidarios? Según indican, influye mucho el momento en el que se presente la problemática. Refugiados es una de las que más solidaridad ha generado, comentan, pero con el reciente huracán en Haití también ha habido una fuerte corriente de ayudas.

El dinero se dona a través de Pay Pal, transferencia bancaria o tarjeta bancaria, con procedimientos “cien por cien seguros”. Sólo es necesario dar los datos personales si la persona quiere desgravarse ante Hacienda y necesita el certificado de donación.

Pero, en este tiempo, ¿cuál es el perfil de cafetero virtual solidario? Según detallan es el de personas de entre 17 y 45 años, fundamentalmente, mujeres. En muchas ocasiones les han contado a través de las redes sociales que en los trabajos, un empleado paga el café virtual solidario al resto de compañeros y posteriormente se van turnando.“Queremos que la gente joven se implique y que vea que todos podemos colaborar, porque con sólo 2 euros, se puede ayudar”, indican.

Sin duda, la labor que desarrollan estas emprendedoras, sin más gente detrás, es ardua y para ello afirman entre risas que trabajan las 24 horas al día, siete días a la semana, “haciendo malabares”. Habrá quién se pregunte qué ganan con todo esto. Responden con claridad: “todos los cafés que se donan, van de persona a persona, íntegros al proyecto, nosotros vivimos de Melisa Estudio”.

Los únicos costes “mínimos” que tienen son el alojamiento de la web y la pequeña publicidad que hacen, en muchos casos pidiendo ayudas e intentan que “no haya gastos por ningún lado”, pero dejan claro una cosa: “No lo hacemos por amor al arte, es que es necesario ayudarse los unos a los otros”, recalca Melania.

Ambas emprendedoras se muestran «felices” por lo conseguido hasta ahora, aspiran a que su iniciativa se viralice,  e invitan a todos a compartir un café solidario virtual. ¿Se apuntan?

 

Texto y fotos: Israel Revilla Canora (@IsraelRCanora)

Vídeo: Niños de Etiopia del proyecto de la ONG Alegría Sin Fronteras

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