A través de un plan de acción que se desarrollará entre 2021 y 2023, con el que pretende involucrar a toda la comunidad diocesana para atender a una población extranjera de cerca de 200.000 personas, el 13,28% de la empadronada.
La Delegación de Migraciones ha elaborado un plan de acción a tres años para toda la comunidad diocesana con el objetivo de que se plasme en las diferentes parroquias, comunidades, delegaciones y organismos para acoger, integrar y acompañar a los migrantes que lleguen hasta nuestros pueblos y ciudades. Se trabajará en el acompañamiento personalizado, la integración social, económica, jurídica y eclesial, tanto de forma individual como grupal y en coordinación con otras delegaciones diocesanas.
Entre las acciones se encuentra la puesta en marcha y el desarrollo de un proyecto de vivienda, la ayuda en la tramitación de expedientes de extranjería, la asesoría jurídica a solicitantes de protección internacional, encuentros periódicos de oración o una convivencia anual diocesana con este colectivo.
Con este plan, la Diócesis, a la que pertenecen localidades como Villaviciosa de Odón, Alcorcón o Móstoles, quiere fomentar el trabajo en red, apoyar espacios y momentos de encuentro que favorezcan la integración y establecer en cada arciprestazgo equipos que palpen la realidad.
Con el fin de informar y sensibilizar a la población sobre la problemática específica de estas personas, también contempla la celebración de debates sobre cuestiones migratorias y de refugio.
Según expresa el delegado de esta área pastoral, el sacerdote Fernando Redondo, “la realidad migratoria es transversal, de aquí la necesidad de un trabajo en conjunto con el objetivo común de que las personas migrantes se incorporen a la vida de la iglesia y de la sociedad en igualdad de condiciones con la población autóctona”.
También menciona el documento la situación de especial necesidad que ha provocado la pandemia de la Covid -19 en esta población, ya de por sí muy vulnerable social y económicamente.
El informe se acompaña de una carta del obispo diocesano, Ginés García Beltrán, que expresa su apoyo a un plan que “pretende iluminar, acompañar y ayudar la atención pastoral a los inmigrantes”. Además, ha recalcado que “es importante que al hablar de inmigrantes no pensemos en negativo, en una población que nos invade y sea la causa de nuestros problemas. La población inmigrante es joven y con un grado de preparación aceptable; son hombres y mujeres que han venido a trabajar y, de hecho, trabajan en un número importante, beneficiando nuestra economía”.
El obispo ha recordado además que «los migrantes son una verdadera llamada del Señor a nuestra conciencia y a nuestra pastoral. Quiero expresar mi deseo y mi esperanza de que nuestras parroquias y comunidades sean verdaderos hogares que acogen a todos”.
El plan pastoral parte del análisis de la realidad migratoria de la Diócesis y continúa con la presentación de una fundamentación bíblica y eclesial de la pastoral con personas migrantes, para dar paso al enunciado general de la misión de la Delegación Diocesana de Migraciones y el detalle de los objetivos y ámbitos concretos de actuación.