Ana Turpín es Mollie Ralston en ‘La Ratonera’: «ser actriz me permite interpretar mis vidas no vividas pero que son mías»

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Ana Turpín en el camerino del teatro Amaya con la obra 'La Ratonera' de Agatha ChristieLa actriz Ana Turpín se ha convertido en una cara conocida dentro de los hogares españoles, porque si algo ha hecho esta gallega de 35 años, es mucha televisión.

Desde que empezó su trayectoria en ‘Nada es para siempre’, pegó el salto en la primera temporada de la serie ‘Amar en tiempos revueltos’ con su papel de Andrea Robles, hasta el último realizado en la serie ‘Bandolera’ de Antena 3, donde interpretó a una malvada seductora.

Ahora, después de más de 300 funciones con la obra de teatro ‘La Ratonera’, un thriller de Agatha Christie dirigido por Víctor Conde, llega al teatro Amaya de Madrid para seguir llenando las butacas durante ocho semanas.

Así es el debut de Turpín, protagonizando el gran clásico del misterio: un crimen, ocho personas atrapadas por la nieve, donde alguien va a morir, y el asesino está en casa.

“Me incorporé al equipo en septiembre de 2012. Ha sido un regalo hacer un personaje y una obra tan bien construida. Está siendo un sueño porque me ha permitido subirme a las tablas, es la primera vez que hago teatro y tenía que demostrarme a mi misma si era capaz. Este reto me ha ayudado a darme cuenta de que me encanta y lo disfruto mucho, ahora quiero desarrollar toda una carrera aquí. Esto es el principio de más”, cuenta ilusionada a Villaviciosadigital, mientras que llega al camerino para prepararse, donde se siente como pez en el agua.

Sin nervios y con energía

Turpín también ha hecho trabajos para la gran pantalla pero es ahora cuando ha experimentado en su propia piel la energía del público en vivo. “Es muy bonito hacer un trabajo desde el principio hasta el final en directo. Es la magia de esta profesión y es algo que me encanta y que me engancha. Dejas mucha adrenalina y al mismo tiempo el teatro te la devuelve, hay mucha comunicación. Hay personas que se bloquean y no pueden continuar, el conocido pánico escénico que afortunadamente (toca madera), no me ha pasado”, explica.

Y es que la actriz asegura quedarse como nueva al finalizar la función. “Es dar lo mejor de ti durante dos horas en un acto de presencia donde no puedes pensar en nada más, porque se te va la energía”.

Pero antes de salir al escenario Ana no se pone nerviosa. “Nervios no suelo tener pero tampoco estoy relajada. Estoy atenta a lo que hago en cada momento, donde estoy en la función y hacia dónde tengo que ir, es un acto de concentración, de no fugarte de ese momento presente. Una meditación de dos horas, un viaje donde no siento nervios sino respeto”, asegura.

Ana y Mollie: un compromiso

Así, con su ayuda, el personaje de Mollie Ralston, una mujer casada con Giles (interpretado por José Troncoso) y dueña de la casa Monkswell Manor, se convierte en un personaje precioso, una mujer vital, divertida y muy organizadora.

“Ella hereda esta mansión y la reconvierte en un hotelito junto a su marido al que lía en este proyecto. En esta casa sucede un asesinato, como todo lo que hace Agatha Christie, y a partir de ahí, empieza a salir el lado oscuro de los personajes, de tal manera que se convierten todos en sospechosos”, relata.

Entre Turpín y Mollie existen parecidos. “Las dos nos ilusionamos mucho con las cosas y no hacemos algo sin ganas. Es una mujer con energía, una mujer con vida y eso me encanta”.

En esta función, Agatha Christie trata al espectador como un activo. “Tiene al público todo el rato investigando y te lleva por un lado en el que crees que vas a encontrar al asesino y de repente te gira y te sientes perdido. En la función notas mucho el murmuro de la gente diciendo va a ser éste y eso es muy divertido y participativo. No es un texto del que sólo recibes, sino que estás activo en la obra”.

En las escenas con su marido en la obra, disfruta al máximo. “Nos peleamos pero nos lo pasamos pipa. Estoy muy contenta con él, es un profesional increíble, una persona muy disciplinada, muy seria con su trabajo pero al mismo tiempo muy divertido. Todos mis compañeros son gente maravillosa que nos han arropado, que nos han cuidado y que nos hacen reír. Vengo a trabajar y sé que lo voy a pasar genial”.

Entre joyas

Después de 13 años actuando, Ana tenía la espinita de hacer teatro pero la vida siempre le dió sorpresas. Así ocurrió también cuando llegó a Madrid con la intención de estudiar gemología y diseño de joyas que complementó trabajando como modelo en publicidad. Los realizadores que la veían daban por hecho que ella era actriz “por mi naturalidad y expresividad”, cuenta.

Así compaginó el ser profesora de fabricación de joyas en el mismo sitio donde estudió, en el Centro de estudios e investigaciones gemológicas y joyeras (CEIG) y su primer rodaje en ‘Nada es para siempre’. Con el tiempo, ha obtenido éxito en sus dos carreras ya que próximamente la actriz sacará su primera colección titulada ‘Je suis’, piezas exclusivas y artesanales. “Rarezas de la naturaleza engastadas en plata como colgantes o anillos que ahora voy a comercializar de la mano del  gran diseñador Juanjo Oliva”, dice orgullosa.

Además, Turpín ha encontrado lo que se necesita para ser actriz. “Mucha honestidad y mucha verdad, tu verdad porque cada uno tiene la suya. Al final ser actriz es una profesión de largo recorrido y lo fundamental es ser honesta contigo misma para sentirte, para estar en comunicación contigo y poder transmitir esa verdad a los demás”.

“Me gusta mucho mi profesión porque ha sido como un trabajo de conocimiento pero no de mi, sino de lo que la humanidad tiene en común, de las cualidades del ser. Te das cuenta de que no solamente eres lo que tú crees que eres, sino que también eres lo que tú no crees que eres”, reflexiona.

Cuando empezó, Turpín decía que le gustaba ser actriz porque podía interpretar otras vidas pero se ha dado cuenta de una cosa: “ser actriz me permite interpretar mis vidas no vividas pero que son mías. Si interpreto a una drogadicta porque tengo ese pasado, no es que busque a una persona enferma sino que me busco a mí dentro de esas circunstancias. Lo llevo a mi interior”, desvela.

Premios y críticas

Todo su trabajo de autocomocimiento le ha servido de mucho porque ya recibió en 2009 el premio Punto Radio La Rioja por su papel de Andrea Robles. “Lo que busco en mi profesión es el trabajo y si ese trabajo conlleva después premios los celebro como una fiesta, como si fuera un cumpleaños”.

Pero consciente de que no le puede gustar a todo el mundo, aprende de las críticas constructivas. “Sino te gusta dime en qué y cómo puedo mejorar y si está a mi alcance lo haré porque en ese sentido soy muy flexible y me encanta aprender”. Pero si son críticas destructivas, “esas críticas no hablan de mí, sino de la persona que las escribe y de una frustración que no sabe cómo canalizar”, argumenta.

Se siente afortunada por el trabajo y no le gusta elegir sino compaginar. “No me quedo con un medio sino con el personaje, si éste me gusta me iré a la televisión, al cine o al teatro, donde haga falta”.

Envuelta en un proyecto de cine de la mano de Daniel Cabrero Gutiérrez titulado ‘Autoréplica’, un film de suspense que se rodará en 2013 y a la espera del estreno de la película ‘Para Elisa’ de Juanra Fernández, Turpín no para quieta. “Elisa es una de las perlas de mi carrera, uno de los personajes más complejos: una chica de treinta años a la que nunca han sacado de casa y no ha tenido contacto con el exterior. Esquizofrénica, cuya madre la maltrata y ella repite ese patrón. Es una película de terror psicológico”.

Soñadora pero muy pragmática, con los objetivos bien definidos. “No me gusta soñar si ese sueño no puede transformarse en realidad”, se despide con una sonrisa enorme.

Texto e imágenes: Natalia Pulido.

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2 COMENTARIOS

  1. PARA NATALIA. Felicitaciones por la magnífica entrevista. Como seguidor y estudioso de su carrera, creo que es una de las mejores realizadas a la actriz, tanto por la estructura, claridad en la exposición de su historial y la aportación de datos, como por la captación de su pensamiento, psicología y filosofía de vida ¡¡Un modelo!! ¡¡Las fotos, oportunísimas!!
    PARA ANA. ¡¡No dejas de sorprendernos!! Conocíamos y admirábamos a la persona siempre positiva, con eterna sonrisa en el rostro, amante de su profesión, concienzuda en la preparación y creación de sus tan diversos como contradictorios personajes… y hoy descubrimos a la FILÓSOFA. ¡¡Felicidades!! Un fuerte abrazo y siempre incondiconales. Nos vemos en la Web.

    • Gracias Karl, te agradezco mucho tu comentario. Fue un placer hablar con ella y al mismo tiempo difundir entre nuestros lectores una obra de teatro como ‘La Ratonera’, que lleva sesenta años ininterrumpidos triunfando en Londres. Mantuve con Ana una charla muy interesante y me alegro de que te haya gustado el resultado. ¡Un abrazo!

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