En dos parroquias, dentro del programa previsto por la Diócesis de Getafe desde el 18 al 25 de enero.
Alcorcón y Móstoles son dos de la localidadades diocesanas en las se celebrará la Semana de Oración por la Unidad de los Cristianos bajo el lema con el lema «¿Crees esto?»(Jn, 11, 26). Además, este año se enmarca en el Jubileo de la Esperanza que inició el papa Francisco el pasado 24 de diciembre.
En la parroquia de San Saturnino, en Alcorcón, el jueves 23 de enero a las 19.30 horas habrá una celebración ecuménica, algo que también tendrá lugar en la de San José Obrero, en Móstoles el miércoles 22 de enero a las 20.30 horas.
Asimismo, el martes 21 de enero en Getafe, habrá una mesa redonda sobre el ‘Ecumenismo de la Sangre’; en el Aula Magna de la parroquia Santa Maravillas de Jesús a las 19.30 horas. Estará presidida por el obispo auxiliar, José María Avendaño. En ella participarán miembros de las iglesias Ortodoxa Rumana, Evangélica Española, IERE- Comunión Anglicana y Católica Romana, para hablar sobre los mártires cristianos pertenecientes a ellas.
También en la localidad getafense, el 25 de enero a las 19.45 horas, el obispo Ginés García Beltrán participará en la catedral en una celebración junto a representantes de las distintas Iglesias y Comunidades cristianas: Ortodoxa Rumana, Ortodoxa Ecuménica de Constantinopla, Española Reformada Episcopal (IERE – Comunión Anglicana), Evangélica Española, Luterana, Evangélica Bautista, Iglesia de Cristo, Iglesia de las Águilas e Iglesia Pentecostal.
Reconciliación
La delegada de Ecumenismo y Diálogo Interreligioso de la Diócesis de Getafe, María Jesús Hernando, subraya que este marco especial “nos impulsa este año al diálogo interreligioso y es un signo de reconciliación”.
Considera que “el ecumenismo refleja la esperanza de cumplir el deseo de Jesús: ‘Que todos sean uno’ (Jn 17,21). Por ello, el diálogo y la cooperación muestran que las divisiones no son definitivas, y por ello, debemos seguir dando testimonio y buscando la unidad en Cristo”, relata.
También ha advertido que de todos nosotros depende «fortalecer la unidad mediante la oración, el diálogo y la cooperación en obras comunes de caridad y solidaridad —como se ha visto en Valencia, donde han viajado laicos y sacerdotes católicos junto a personas de otras religiones—, demostrando con ello que la esperanza en Cristo transforma las relaciones y nos hace testigos del amor reconciliador de Jesucristo, en un mundo que necesita signos de unidad».
