Rosalía Vicente: “cambiemos el chip, uno de cada 10 hombres es un maltratador o asesino”

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ROSALIA Monica Vicente Fundación Ana Bella contra la violencia de géneroFue víctima de violencia de género por su ex marido, con el que compartió 30 años de su vida, pero gracias a la ayuda de sus hijos y de la Fundación Ana Bella salió de una “red” de la que no sabía salir, incluso superando un intento de suicidio.

En este Día Internacional contra la Violencia de Género, Villaviciosadigital ha hablado con esta valiente, esta superviviente que rompió el cerco que su ex marido le fue imponiendo sigilosamente y que provocó que quisiera quitarse la vida.

Vecina de Madrid, de 64 años, se casó en 1978 y a los tres, tras nacer su primer hijo, comenzó a sufrir violencia de género. Su ex marido falleció hace año y medio con 63 años por una diabetes y fue condenado a nueve meses de cárcel. Pese al sufrimiento que le infringió, ella siente pena al hablar de su muerte.

Rosalía Vicente puede contar su historia sin temor, aunque otras no han tenido tanta suerte y ya son 48 las víctimas que han caído este año, una lacra que no cesa mientras jueces y políticos no ponen toda la carne en el asador para ayudarlas.

Esta es la primera parte de la entrevista.

¿Qué siente ante el Día Internacional contra la Violencia de Género?

La verdad es que para mí todos los días son iguales. El que el día 25 se magnifique todo esto, creo que todos los días deberían ser iguales; debería dejarse de recordar, pero por desgracia sigue habiendo asesinadas.

Tengo mucha pena y mucha tristeza por lo que está pasando este año, es una barbaridad. Que haya un día que la gente se acuerde un poco más, me parece muy bien siempre que aporte a crear conciencia de que esto es parte de toda la sociedad y todos tenemos que cooperar y hacer que esto termine.

¿Cómo valora las cifras de víctimas en 2015?

Hubo un ligero descenso, pero hemos tenido un punto alto en el último mes, pero muy alto; en una semana murieron cinco o seis mujeres. Es muy difícil de asimilar, es muy duro.

Muere una de cada 10 mujeres, pero debemos cambiar el chip y decir ese dato: uno de cada 10 hombres es maltratador o asesino. Eso ¿no cambiaría un poco el panorama? Es decir, pueden llegar a ser asesinos, es muy lamentable y grave la cantidad de hombres que tienen esa violencia encima es muy grave.

Denunciar no es fácil, a mí me ayudó mi hijo con 29 años.

¿Cuándo empezó a sufrir usted violencia de género?

Creo que a los tres años de haberme casado, en 1978. Dejé de trabajar para dedicarme a cuidar a mis dos hijos; al quedarme en casa y como él traía el dinero se creía con derecho a ser el señor y se veía con más poderes.

Él salía con sus amistades y yo me dedicaba a mi hijo mayor, que encima tenía problemas de salud por dificultades en el parto; lo ves normal pero muchas veces llegaba a casa de madrugada y más bebido de la cuenta; te vas quedando sin derechos, pero no lo ves.

Además, piensa que esto fue hace más de 30 años y yo lo veía normal; me casé en lo bueno y en lo malo y en todas esas cosas que te crean.

Ahora puede hablar libremente, y cuando echa la vista atrás, ¿qué sintió cuando murió su marido en 2014?

Sentí pena, no he sentido nunca odio ni lo he llevado en una mochila; es lo peor de todo porque ya suficiente tienes encima.

A una mujer de violencia de género, como no la ayuden, o a ella la matan, o se suicida

¿Cuál cree que es el perfil de maltratador?

Son muy sutiles, empiezan de poquito a poquito sin que una se dé cuenta que están tramando una red a tu alrededor, y cuando te quieres dar cuenta estás atrapada en esa red y es muy difícil salir. A una mujer de violencia de género como no la ayuden, o a ella la matan, o se suicida; yo lo intenté.

¿Él qué decía de esa situación?

Pues que él venía de trabajar y que traía el dinero a casa y entonces tienes que callarte y sigues.

La soledad y afrontar los problemas diarios de tu hijo están ahí; yo me he sentido muy sola porque estas aislada.

A los ocho años tuve el segundo hijo. Pensé que las cosas iban a cambiar pero empeoraron porque nació con más problemas que el mayor. Eso implicó más soledad y más problemas. Mi ex marido ejercía de padre relativamente, yo era el padre y la madre; iba a los colegios, les atendía, les ayudaba, etc.

¿No tenía amigos?

No, te quedas sin amigos y sin familia, que lo está viendo. Te va aislando, dejas de ver amigos y cuando te llaman por teléfono les insultaba y me preguntaba qué querían de mí. Así pasa el tiempo.

¿Cómo era en su relación el tema económico?

Él no quería que me enterara del dinero que había en el banco; el controlaba, era el que me daba la paga digamos. Era otra situación más desagradable todavía, a veces por eso se organizaban y sobre todo era muy violento cuando se pasaba bebiendo; lo primero que cogía era un cuchillo que no sabíamos lo que iba hacer con él. Cuando él llegaba a casa yo tenía terror porque no sabía cómo llegaba.

Si decías una palabra que no le gustaba ya se organizaba el lío y acababa toda la comida por el suelo y todo lo que pillaba roto. Si me callaba porque ‘eres una inútil porque te callas’ y si hablaba, ‘cállate’.

Las navidades y los cumpleaños eran lo peor de mi vida; cuando alguien decía algo que no le gustaba se organizaba. Además era diabético, se lo detectaron desde los 33 años, pero no lo asimiló nunca, y no se controlaba la alimentación, de manera que las subidas o bajadas de azúcar le afectaban en su carácter.

¿Le agredió en alguna ocasión?

Era más psicológico que físico, aunque hubo empujones. Ahora era curioso porque cuando estábamos con terceras personas les decía que estaba muy enamorado, era un amor muy raro. La gente decía: ‘qué marido, cómo la quiere’.

como no te das cuenta que estás siendo maltratada, lo tapas y le justificas

¿Y los niños?

Hasta el año 2009 no me di cuenta de todo el daño que estaba ejerciendo sobre ellos, al consentir esa situación que también les afectaba a ellos; son esponjas y ante mi situación yo tenía una victimización de película, les protegía todo lo que podía pero no tenía a nadie. Y sobre todo es que, como no te das cuenta que estás siendo maltratada, lo tapas y lo justificas porque incluso al principio me pedía perdón, luego ya no, pero le seguía justificando.

¿Le controlaba dónde iba y con quién?

Sí, yo iba a natación y trataba de no contarlo y disimulaba ante los demás, pero la gente se daba cuenta. Conocí a una compañera en la piscina que se dio cuenta de que me pasaba alto y me llamaba cuando no iba. A él le sentaba fatal y me acusó lesbiana.

¿Qué hizo ante esos hechos?

Antes ya vino lo Policía en otras ocasiones. Te sientes tan mal que en una situación así, siendo mis hijos mayores pensé que era mejor suicidarme porque mi vida era un infierno, no ves las cosas buenas que tienes, como los hijos. Lo único que ves es el fondo y no una puerta que se abra.

Me llevaron al hospital y él como si no hubiera pasado nada; la Policía se lo quiso llevar detenido y pensé que se daría cuenta de que estaba haciendo algo mal, pero no reaccionó. Finalmente, en 2008 se lo llevaron a los juzgados de Plaza de Castilla pero no quise denunciarle porque pensé que si hablaba con él reaccionaría.

 

IRC (@IsraelRCanora)

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