La Comunidad de Madrid cuenta con la tasa de mortalidad más baja de España, con 583 fallecimientos por cada 100.000 habitantes frente a la media del territorio nacional, con 687,2. La tasa hace que, a la vez, Madrid cuente con la esperanza de vida más alta de España, con 83,7 años frente a 82,29. Es decir, el madrileño vive un año y medio más de media.
De acuerdo con el informe sobre “Defunciones según causa de muerte” del Instituto Nacional de Estadística referido a 2012, en la región madrileña se produjeron en ese año un total de 42.799 fallecimientos. Por sexo fallecieron 20.970 hombres y 21.829 mujeres.
La capital de España continúa una tendencia descendente en la mortalidad causada por estos grupos de enfermedades. Los tumores representan la principal causa de muerte seguido de las enfermedades del aparato circulatorio. Este es un cambio que se ha observado en la Comunidad de Madrid desde 2006, ya que con anterioridad las enfermedades circulatorias eran las enfermedades que ocasionaban mayor número de defunciones, algo que todavía ocurre en el conjunto de España.
Las enfermedades del sistema circulatorio continúan siendo la segunda causa de muerte en Madrid, con 10.929 fallecimientos que se produjeron durante el año 2012, y es la primera causa de muerte en mujeres (por encima de los tumores) con 6.476 fallecimientos. En el caso de los hombres, la principal causa de muerte en este grupo de enfermedades es el infarto de miocardio (931) y en las mujeres, las enfermedades cerebrovasculares (1.464).
Causas externas
La región madrileña cuenta, además, con la tasa más baja de mortalidad por causas externas (accidentes de tráfico, suicidios…) con 0,13 por cada mil habitantes frente a la media nacional que se sitúa en 0,26.
En la salud y enfermedad de una población (que se reflejan en parte en las estadísticas de mortalidad), influyen la biología de los individuos (por ej. características genéticas), los estilos de vida (nutrición, actividad física, consumo de tabaco, alcohol y otras sustancias tóxicas), las condiciones socioeconómicas, culturales y ambientales en la que se desarrolla la vida y el trabajo (saneamiento, calidad del aire, seguridad alimentaria, empleo y condiciones laborales, vivienda), además de la accesibilidad y calidad de la asistencia sanitaria.
Todos estos determinantes de la salud interactúan unos con otros condicionando finalmente la salud y la mortalidad de la población. En este caso, las condiciones de vida de los ciudadanos madrileños, así como las acciones puestas en marcha, tanto desde Salud Pública como asistenciales en la Comunidad de Madrid, interactúan de forma que la mortalidad es inferior al resto de comunidades, después de tener en cuenta la diferente estructura de edad.
Redacción