Con el objetivo de «ofrecer cauces de entendimiento entre vecinos, en las parroquias y en las asociaciones de todo tipo», la Diócesis de Getafe, a la que pertenecen municipios como Villaviciosa de Odón, Boadilla, Alcorcón, Móstoles, Navalcarnero o Brunete, celebrará el próximo domingo 17 de enero la Jornada Mundial del Emigrante y del Refugiado.
La Diócesis acoge a más de 200.000 inmigrantes y trabaja desde su delegación de Migraciones, «por deshacer estereotipos, miedos, xenofobias, prejuicios y agravios comparativos».
José Miguel Sopeña, delegado diocesano de Migraciones, pide que las personas que llegan a la Diócesis no sean vistas como «un peligro, sino como una oportunidad».
Para atender a los inmigrantes y facilitar su integración a la sociedad de acogida, cuenta con diferentes instrumentos, como un servicio permanente de acogida, orientación y acompañamiento, gestionado por una trabajadora social y una abogada, que se brinda en la sede de la delegación de Migraciones (c/Hospital de San José, 6. Getafe). Este servicio atiende anualmente a alrededor de 2.500 personas.
Además, gestiona una Escuela de Formación de Agentes de Pastoral para la Integración, por la que ha pasado medio centenar de alumnos en sus dos primeras ediciones. También ofrece asesoramiento para la puesta en marcha de actividades o grupos que deseen trabajar por la integración y está presente en las mesas de convivencia de algunos ayuntamientos para colaborar y ofrecer el punto de vista de la Iglesia.
Desde la Diócesis recuerdan las palabras del Papa Francisco en su mensaje ‘Emigrantes y refugiados nos interpelan. La respuesta del Evangelio de la Misericordia’ con motivo de esta jornada: «es importante mirar a los emigrantes no solamente en función de su condición de regularidad o de irregularidad, sino sobre todo como personas que, tuteladas en su dignidad, pueden contribuir al bienestar y al progreso de todos, de modo particular cuando asumen responsablemente los deberes en relación con quien los acoge, respetando con reconocimiento el patrimonio material y espiritual del país que los hospeda, obedeciendo sus leyes y contribuyendo a sus costes».
Foto: Sandra González