Así lo ha anunciado este miércoles la presidenta regional, Isabel Díaz Ayuso, en el Pleno de la Asamblea de Madrid donde ha comparecido a petición propia para explicar la gestión ante el coronavirus.
Esta medida se enmarca dentro del protocolo de atención a pacientes y familias al final de la vida durante la pandemia del COVID-19, que «va a permitir ese acompañamiento con todas las garantías de seguridad».
“Lo ocurrido en muchas residencias y en muchos domicilios particulares con nuestros mayores es lo más doloroso de estas durísimas semanas”, ha manifestado la presidenta, quien, no obstante, ha defendido las medidas puestas en marcha desde el comienzo de la crisis, como el cierre de los centros de día, la limitación de las visitas a las residencias o la campaña publicitaria pidiendo que, ni los mayores, ni aquellos que trabajaban con ellos, utilizaran el transporte público para evitar contagios.
Las visitas de familiares a los enfermos terminales de las residencias sigue la línea con lo que ha sucedido en algunas situaciones producidas estos días en hospitales y en el habilitado en IFEMA. Para ello, dotarán de más material de protección individual (EPIs) a los centros de cara al acompañamiento de los residentes y el Gobierno regional formará a los profesionales de geriatría para garantizar la seguridad.
También ha anunciado que se apoyarán en el uso de las nuevas tecnologías para mejorar la comunicación con los mayores internos.
Futuro de las residencias
Además, Ayuso ha explicado que la Consejería de Sanidad trabaja en el Plan de Atención integral en longevidad, fragilidad y soledad, y que el Gobierno madrileño va a poner toda su “energía para tenerlo listo lo antes posible”.
Finalmente, ha adelantado que que “las residencias de mañana tendrán que cuidar, pero también curar, pues el COVID estará tiempo con nosotros” y de esa manera adaptar el modelo «a las nuevas circunstancias y humanizarlo. Tenemos que garantizar la mejor asistencia”.