La Guardia Civil de Brunete rescató el pasado viernes a un gato que estaba atrapado en un cepo de una finca privada de la localidad, aunque el felino falleció al día siguiente.
El fatal desenlace se produjo a consecuencia de las heridas del animal, provocadas por el cepo, según han indicado desde la Federación de Asociaciones Protectoras de Animales de la Comunidad de Madrid (Fapam).
Los agentes vieron al gato mientras se encontraban de patrulla. Posteriormente le trasladaron vivo al Hospital Veterinario de la Sierra del Suroeste de Brunete, lo que evitó que muriese lentamente en el cepo. La Benemérita avisó a Fapam, que se hizo cargo de él. Sin embargo, y pese a los intentos por salvarle la vida, murió el sábado.
Según esa asociación no se trata de un caso aislado de colocación de cepos, sino que es habitual gracias a la sensación de impunidad que hay en la actualidad. Y es que, los cazadores furtivos siembran los campos de esos elementos «sin ningún tipo de escrúpulo».
El artículo 337 del Código Penal castiga con hasta un año de prisión «al que por cualquier medio o procedimiento maltrate injustificadamente, causándole lesiones que menoscaben gravemente su salud», refiriéndose a un animal doméstico.
La investigación está en manos del Seprona.