El pasado mes me preguntó el director por qué había elegido el nombre de ‘El Bolardo’ para esta columna. Hoy que me he propuesto hablar de la ALEGRÍA. Me parece oportuno contaros la historia de un bolardo de los que protege la Fuente de los Caños. Por cierto, cuenta la leyenda que quien bebe del caño central de la fuente se «casa» en Villaviciosa de Odón.
Después de una comida con una familia al poco tiempo de llegar al pueblo, subiendo la cuesta De la Fuente de los Caños, con el sol de frente, de repente noté que el coche se elevaba un poco y se produjo un gran ruido.
Como la Guardia Civil estaba al final de la cuesta, paré en la puerta del cuartel y ya estaban los agentes asomados al balcón. Cuando bajé del coche pensaba que había reventado una rueda con el bordillo. Entonces me dijo uno de los guardias amablemente «caballero lleva un bolardo debajo del coche». Con un gato levantaron el coche para sacarlo rodando, se había encajado entre la rueda y el radiador. Sorprendentemente el coche funcionaba perfectamente y volví a casa dando las gracias a la Benemérita por su ayuda.
El amor es el mayor bien que el hombre puede poseer
En estos tiempos duros, con tantas pruebas, necesitamos la alegría, la sonrisa y el buen humor.
La alegría es un estado de la persona que se sabe poseedora de bienes. Cuanto más elevado y arduo sea el bien, mayor es la alegría. Por eso, la mayor alegría es saber amar y sentirse amados. El amor es el mayor bien que el hombre puede poseer. Por eso, Dios es lo que produce más alegría.
La alegría tiene mucho que ver con el optimismo. Este consiste en ver el lado positivo de las cosas. No se trata de engañarse a propósito de las realidades negativas de la vida. Se trata de vivir de acuerdo con la decisión de que vale la pena vivir alegres.
Javier Romera Martínez (Párroco iglesia Santiago Apóstol Villaviciosa de Odón)