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El actor villaodonense Daniel Acebes despide su producción ‘El secreto de las mujeres’, que ha estado en la cartelera del Teatro del Arte de Madrid desde el pasado 4 de julio. Pero no es su único proyecto. Acebes desvela a Villaviciosadigital su futuro, un otoño cargado de novedades al frente de su empresa, Diagoras Producciones.
Por circunstancias de la vida, Daniel se subió a un escenario con tan sólo 15 años. “Me apunté a clases de teatro porque lo hicieron amigos míos, era una de esas actividades del colegio que te permitían no ir a clase y nos lo pasábamos genial. Empecé de forma casual pero me fui enganchando”.
Y es que su pericia no tenía antecedentes porque de su árbol genealógico no se desprende ninguna ramita artística. “Luego descubrí que mi padres en su juventud tuvieron su punto artístico, mi padre cantaba y mi madre bailaba, pero no llegaron a desarrollarlo”, apunta.
A los 18 años llegó el momento clave donde un joven toma una de las primeras decisiones importantes de su vida: el examen de Selectividad. “Decidí compatibilizar Derecho con Arte Dramático. Hice las dos cosas a la vez porque Derecho me parecía un horror y me aburría soberanamente. Iba a clases de interpretación y con Derecho iba a la cafetería a coger apuntes. Yo tenía el plan antiguo y de Derecho el primer año eran cuatro o cinco asignaturas y tenía cierta facilidad. Pensaba que como me atascara un curso, como me gustaba tan poco, no saldría nunca”, bromea recordando.
Y es que Daniel siempre tuvo clara una cosa: quería contar historias. “Iba muy encauzado a cosas que fueran de cara al público, que contaran historias. La interpretación me gustaba pero también barajé la posibilidad de Periodismo porque al fin y al cabo no dejas de contar lo que ocurre”.
Como todo en la vida sirve de algo, Acebes hace diez años que lidera su empresa Diagoras Producciones. “De repente todo lo que has ido haciendo de joven lo vas incorporando, porque todo vale y todo suma”, subraya. Una empresa de eventos culturales y artísticos que se encarga desde la producción, distribución, creación de teatro, música, danza, eventos e incluso formación.
Diagoras es, entre muchas cosas, teatro clásico y humor. “Es algo que se ha ido definiendo de forma circunstancial. Yo vengo del teatro clásico y lo sigo haciendo, tanto como en producciones de Diagoras como de actor, porque me gusta mucho. Y el humor vino porque también he estado trabajando durante años para Paramount Comedy, además de currar en series de televisión. Tengo 32 años y he hecho de todo, soy muy culo inquieto”, subraya.
Esa inquietud le llevó a levantar Diagoras. “Si hago memoria, la empresa nació de la necesidad de currar y de esta cosa de no esperar a que venga el trabajo a mi puerta. Nunca me he sentido en un determinado sector de actor, es decir, ir a castings, dejarte ver, hacer peloteo, entrar en ese círculo social que siempre me ha costado y me ha dado mucha pereza, por eso pensé que la mejor forma era el autoempleo. Lo hice todo en solitario porque pensé que si me salía bien me salía bien a mi, y si me hundía, lo haría yo, pero no arrastraría a ningún compañero”.
Sin necesidad de subvenciones
La crisis no es un quebradero de cabeza ni para Daniel ni para Diagoras. “Hemos sido muy independientes siempre y yo no he notado la diferencia porque no hemos tenido una subvención jamás, no hemos tenido una ayuda jamás. En realidad los que han notado la crisis, son los que tenían ayuda”, explica.
“Es curioso que cuando empezó todo el tema de la crisis es cuando nosotros empezamos a despuntar más como empresa y a salirnos cosas más interesantes. Yo creo que lo que ha sucedido es lo que llamamos selección natural y de verdad lo creo. Siempre he dicho que cuando alguien vive de una subvención y su proyecto (ya sea una obra de teatro, un periódico o una empresa) depende de una subvención, es que ese proyecto es deficitario. Si tienes que cerrar porque no te dan ayuda pública no es normal y tienes un serio problema. Nosotros nunca lo hemos tenido y hemos conseguido formar una gran familia”, dice orgulloso.
Y es que este actor y empresario no para y en su último proyecto ‘El secreto de las mujeres’ ha necesitado desdoblarse. “He hecho muchas obras en las que me encargaba de la producción y además era actor pero esta es la primera vez que hago de codirector y actúo al mismo tiempo. Me he mantenido en la dirección artística con toda la parte de puesta en escena y ha sido Carmen Pardo la que nos ha dirigido”.
Su personaje es muy loco. “Una señora del público me dijo una vez que estábamos mucho más tarados nosotros que los locos del psiquiátrico y es porque todos los personajes están pirados en ‘El secreto de las mujeres’. Pero la respuesta del público ha sido maravillosa. “Buenísima, tenemos al público muy cerca y mola mucho porque al principio llegan expectantes y vamos viendo las caras de cómo van entrando a la obra y al final terminan dando palmas”.
Una obra que nace con el objetivo de entretener y no enviar ningún mensaje. “Hemos intentado que no, pero es verdad que el título da mucho juego. Es una obra de entretenimiento puro y duro, si es verdad que hay un texto entre medias bastante light que resume que todos somos iguales y que en el fondo no hay tantas diferencias entre hombres y mujeres. La historia cuenta la vida de un hombre que se ha criado en un universo femenino rodeado de mujeres y aparecen muchos personajes esquizofrénicos”, ríe.
Personajes invisibles en TV
Consciente de la dificultad de hacer reír hace la siguiente reflexión. “Es más difícil hacer reír por la sencilla razón de que cada persona tiene un tipo de humor muy diferente y, al fin y al cabo, los dramas son mucho más universales porque cuando tocas un sentimiento es mucho más sencillo. El humor, sin embargo, es muy particular. Por poner un ejemplo ‘Faemino y Cansado’ no le gusta a todo el mundo, hay gente que no entiende ese humor y hay a gente que le fascina”.
Aunque ha trabajado para series de televisión como ‘Motivos personales’ o ‘Mis adorables vecinos’, se queda con lo que lleva haciendo más de la mitad de su vida: el teatro. “En la televisión lo que sucede es que, o quieren gente muy conocida o jovencitos de veinte años, la franja de los 30 a los 40 años en televisión está asquerosa y creo que es debido a la falta de creatividad. Es una franja muy interesante pero invisible que tiene muchísimo que contar. En las series americanas es la franja en la que más personajes hay y más interesantes son las series. Aquí hay series de instituto o series en las que está el niño, el abuelo, la madre y el padre y al final no salimos de ahí. El nivel ha bajado tanto en cine como en televisión y los del cine se tienen que reubicar y al final las caras conocidas son las que están”, afirma.
Y aunque ve series españolas “porque quiero ver el trabajo de muchos colegas” en el proceso de creación de ‘El secreto de las mujeres’ se enganchó a ‘Smash’, una serie musical estadounidense creada por Theresa Rebeck y producida por Steven Spielberg. “Era algo que me tocaba de cerca y la disfruté mucho”.
“No soy de referentes, no he sido mitómano jamás. Me pueden gustar curros muy concretos de alguien como también me pasa con la música. Pero hay excepciones, soy un fan profundo de Blanca Portillo porque además me parece que dignifica la profesión en muchos aspectos por cómo lo lleva, lo que desprende y lo que elige llevar a cabo. No tiene necesidad y se desnuda siempre, tiene un nivel y un compromiso con su trabajo de tirarse a la piscina”.
La espinita de Daniel es hacer cine algún día pero no le valdría todo. “Me encantaría pero dependiendo del guión, es cuestión de la historia que se vaya a contar. Los guiones parten de muy buenas ideas pero en general están muy mal rematados y muy mal promocionados. Una de las asignaturas pendientes que tenemos de nuestra cultura es la promoción, algo básico hoy en día. Los Goya, por poner un ejemplo, no deja de ser una plataforma de promoción y los americanos entienden los Oscar como tal, de ahí su gran despliegue. Aquí lo usan para quejas con los políticos de turno o para cualquier reivindicación y hay que dedicarse al trabajo y utilizarlo como una plataforma”.
Vida para largo
Viendo la recepción del público, el futuro de ‘El secreto de las mujeres’ será largo. “Esto es una carrera de fondo, como actor y producción estoy encantado pero si me preguntas por los números pues es verdad que no han cuadrado aunque ya contábamos con que estrenar en verano era un riesgo, aunque para nuestra sorpresa ha sido un riesgo moderado que ha funcionado bien”.
En septiembre volverá con las pilas cargadas porque además lo va a necesitar. “Nos vamos con la obra ‘Enrique VIII’ donde a parte de estar como actor llevamos la distribución de la Fundación Siglo de Oro. Quince días a Santa Mónica (California) donde han salido funciones para disfrutar del público americano que va a ser toda una experiencia”.
Además, en octubre, volverán al Teatro del Arte con ‘Cuarteto’, una obra de Heiner Muller con la que estarán todos los martes de dicho mes. ‘Cuarteto’ es una obra basada en la película amistades peligrosas con los personajes Valmont y Merteuil. Daniel será Valmont uno de los personajes que más le ha costado en toda su carrera. “Es un reto donde hay muchos personajes en uno, es un juego donde se intercambian los roles, él hace de ella y ella hace de él, encerrados”.
Pero hay más. El 25 de octubre retoman la gira de ‘La hermosa fea’, un clásico de Lope de Vega “con el que estuvimos el año pasado en el Festival de Almagro”.
Daniel sonriente, habla de sus proyectos lleno de ilusión y ganas, pero ¿hay algo que moleste al actor? “Me molesta mucho la incoherencia. Este curro tiene una parte muy bonita pero luego tienen otra que es la de intereses creados, amiguismo, incluso más cosas que como te falta información no llegas a comprender. Muchas veces no triunfa el que más se lo curra o el que mejor lo hace, sino el que mejor danza pero como en cualquier otra profesión. Yo intento ser siempre muy práctico pero al final no deja de ser una mentira y me pone de mala leche. También me molesta la gente que tiene puestos interesantes pero que no saben hacer bien su trabajo o no saben dar paso a gente mejor preparada. No me gusta la gente que no sabe adaptarse a los tiempos”.
Pero Daniel, ante todo, es un hombre vital y positivo que no recordaba tener rituales antes de salir a escena. “Lo tengo tan integrado que no me doy cuenta pero a cada personaje que tengo le cambio la colonia. Los personajes no tienen nada que ver conmigo y por lo tanto no tienen que oler a mi. Es una forma de separar y marcar las diferencias”.
Si quieren disfrutar de él aún están a tiempo porque hasta el 17 de agosto están con la obra ‘Caminante sino hay camino…pa que vas?’ en el Festival de Teatro de la Antigua Mina en El Escorial. Un recital con más de 35 poemas de Antonio Machado pero reconvertido en cabaret con una programación de radio de los años 50 donde los poemas son la programación. “En esta obra somos tres y partimos de cierta improvisación donde la gente se descojona”.
Daniel, al igual que su obra, también guarda un secreto del cual nos adelanta una pincelada. “Hay un futuro personal mío que sin desvelar nada me han ofrecido llevar la dirección de un teatro en Madrid. No quiero contar más por si se gafa”, ríe. “Me apetece mucho. Yo suelo ser muy crítico y exigente porque me gusta mi curro y es como deberíamos ser todos”.
A partir de aquí… vacaciones merecidas.
Texto e imagen de portada: Natalia Pulido. @npulidojimenez
Imágenes: cedidas por Diagoras Producciones.