A pesar de la bajada de temperaturas, no hay que bajar la guardia contra la leishmaniosis

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leishmania

El verano va llegando a su fin, las temperaturas se suavizan pero los insectos continúan su ciclo hasta el mes de noviembre, lo que puede provocar un aumento de casos de leishmaniosis canina, que afecta en España a cerca de 785.000 perros, según la plataforma de prevención contra esta enfermedad.

Bajan las temperaturas, pero no debe bajarse la guardia ante un problema que puede ser mortal para nuestra mascota. Por eso los veterinarios aconsejan extremar la precaución hasta el mes de noviembre inclusive, época en la que estiman que las larvas de un insecto, un flebotomo, fuente de esta enfermedad, rompen y sale el mosquito al exterior.

Por tanto, la picadura de un mosquito hembra infectado, deja en el perro un parásito que provoca síntomas como problemas dermatológicos, pérdida de apetito, fiebre, hemorragias nasales, inflamaciones renales, entre otros.

En España un 15,7 por ciento de la población padece esta enfermedad. Determinadas zonas de la Península cuentan con más riesgo, sobre todo en la zona mediterránea o centro. Sin embargo, cualquier municipio donde haya ríos o estanques es susceptible de ser foco de contagio para nuestros perros, pero no sólo en ellas. Allí donde haya un espacio fresco y con cierta humedad puede habitar el mosquito transmisor de la leishmaniosis canina.

pipeta AdvantixConsejos para evitar el contagio

Es necesario que el animal tenga una protección mediante repelentes, como pipetas específicas que actúen contra el mosquito transmisor o collares destinados a este fin.

Evitar que duerma en al aire libre durante los meses de primavera, verano y parte del otoño.

Realizar los paseos después de la caída de la tarde, momento en que desciende el número de mosquitos, y practicar una analítica al perro después del verano para poder tomar medidas si finalmente es contagiado. Precisamente, esa atención temprana ayudará controlar una enfermedad que, de producirse, conllevará un tratamiento de por vida en nuestra mascota. Uno de los medios empleados para estos cuidados paliativos es la fluidoterpia endovenosa, que mantiene los líquidos corporales evitando la deshidratación, entre otros beneficios.

Además, es importante alimentar al perro con productos abundantes en proteínas, carbohidratos y lípidos.

¿Vacuna sí o no?

El pasado año se comercializó una vacuna contra esta enfermedad. Sin duda, es otra arma, aunque algunos veterinarios no ven claro que acabe totalmente con la posibilidad de que el can contraiga la leishmaniosis. Asimismo, alertan de sus posibles efectos secundarios, sobre todo en perros pequeños, algo que otro grupo de expertos descarta, ya que consideran que cuenta con los mismos índices que vacunas como la rabia o la tetravalente.

Para evitar esos posibles efectos secundarios muchas clínicas suministran antihistamínicos antes de la inoculación de la vacuna y los días posteriores.

En definitiva, lo principal es no bajar la guardia y poner todas las herramientas a nuestro alcance para evitar que nuestra mascota, nuestro compañero comience una dura etapa en su vida junto a nosotros.

 

Redacción

Foto: bulldogfrances.nuevoforo.com

 

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